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El Parlamento británico tramita una ley para prohibir cazar zorros

Debate sobre una rancia tradición británica

Isabel Ferrer

Un proyecto de ley para la protección de animales salvajes que prohíbe cazar zorros, venados y liebres con crueldad y usar cepos sin licencia superó ayer por 253 votos a favor y ninguno encontra su primer examen político en la Cámara de los Comunes. La presentación ha provocado un debate nacional sobre una de las más rancias tradiciones británicas. A pesar de esta victoria, es poco probable que el texto se apruebe.

Para las asociaciones protectoras de animales, la votación de ayer en el Parlamento y la polémica nacional entre partidarios y oponentes del proyecto demuestra que los deportes sangrientos carecen ya de apoyo en el Reino Unido.Hace tres años, una propuesta similar fue derrotada por 12 votos de diferencia. Esta vez, grupos como la Sociedad para la Prevención de la Crueldad contra los Animales, se han asegurado de que su crítica llegaba a todo el país. Poco antes del debate apadrinó la presentación de un millón de firmas contrarias a maltratar a la fauna salvaje. También ha patrocinado un sondeo que arroja las siguientes cifras: un 75% de los ciudadanos mayores de 15 años quiere abolir la caza del zorro; un 83% se opone a matar ciervos como deporte y otro 80% apoya la prohibición de perseguir liebres.

Una nutrida representación de los 500.000 seguidores de la Sociedad fue ayer al Parlamento ataviada con cabezas de trapo de las fieras amenazadas. John McFall, diputado laborista que defendió el proyecto, acudió a su escaño flanqueado por varios de estos activistas. En el interior de la Cámara, los partidarios de la caza del zorro repitieron que sirve para equilibrar su número en zonas rurales. Según ellos, al comienzo de la estación suele haber unos 250.000 y amenazan a los granjeros y a su ganado. Con el deporte, por otro lado, desaparecerían 23.000 puestos de trabajo en el campo.

El bando contrario asegura que la sociedad británica ha evolucionado -cazar animales salvajes ha sido siempre un privilegio de las clases más acomodadas- Argumentan para ello que hay una nueva generación de diputados conservadores que apoya sin reservas sus reclamaciones. Para controlar la población de zorros, añaden, cazarlos a caballo es un ejercicio inútil. Sin olvidar que durante el otoño los perros matan también a las crías al estar familiarizados con el olor.

Desde el punto de vista político no está tan claro que el proyecto de ley salga adelante. La Cámara de los Comunes no se llenó ayer. La situación será distinta cuando se anuncie la votación decisiva. A pesar de ello, ningún diputado partidario de la caza se atrevió a rozar el terreno de la crueldad contra los animales. Los violentos enfrentamientos para que viajen en mejores condiciones a los mataderos están aún muy recientes. La vigencia de la lucha de clases puede discutirse con ardor, pero nadie quiere ser tildado de cruel en una sociedad que dona cifras millonarias para protegerlos.

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