Fraga se desmarca de nuevo
El Gobierno encontró ayer un aliado en el presidente de la Xunta de Galicia y fundador del PP, Manuel Fraga, quien se separó abiertamente de la actitud oficial de su partido sobre el caso Roldán para repetir los mismos argumentos esgrimidos en los últimos días por el PSOE. Según Fraga, la captura del ex director de la Guardia Civil es "una buena noticia", y discutir sobre las circunstancias de su regreso a España supone entrar en el terreno de las "cuestiones bizantinas".
Apenas unas horas después de que José María Aznar reclamase en una emisora de radio la dimisión del ministro de Justicia e Interior, Juan Alberto Belloch, Fraga manifestó: "Se habla ahora de si el señor Roldán entró ilegalmente. Lo cierto es que salió ilegalmente. Por tanto, estoy seguro de que ningún país importante, como Estados Unidos o Inglaterra, dudaría de su derecho a juzgarlo".
El presidente gallego, que matizó que hablaba en calidad de "modesto jurista", acababa de regresar de un viaje oficial a Uruguay. Desde allí siguió puntualmente todas las noticias relacionadas con la captura del fugitivo más buscado por la policía española.
No es ésta, ni mucho menos, la primera vez que Fraga discrepa de Aznar. El sábado pasado propuso un pacto constitucional para superar el caso GAL y se ratificó en sus viejas declaraciones de que "el mejor terrorista era el terrorista muerto", si bien matizó que la frase completa era "...el terrorista muerto, fuera de combate o en prisión". Además, la actitud del que fuera líder de la derecha ante los casos de corrupción siempre ha sido más comprensiva con el Gobierno que la del PP, al que pertenece.