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La crisis mexicana destruye 250.000 empleos, aunque reduce en un 70% el déficit comercial de enero

Javier Moreno

El descalabro financiero de México comienza a golpear a la Población y no sólo a los inversores. 250.000 trabajadores han perdido su empleo en apenas dos meses, desde que el peso se devaluó bruscamente el pasado 20 de diciembre, según los cálculos oficiales que coinciden con los de la patronal mexicana. Quedarse sin trabajo en México, donde no existe seguro de paro de ninguna clase, supone un fuerte revés, que conlleva además la pérdida en breve plazo de toda cobertura médica. Desde diciembre hay ya 165.000 afiliados menos a la Seguridad Social. Los empresarios, en una reunión de urgencia, han advertido del peligro de esta situación: "Estamos en el límite de un conflicto social".La debilidad del peso, por otra parte, está favoreciendo la balanza comercial de México, cuyo desequilibrio el año pasado fue uno de los detonantes de la crisis. Los productos mexicanos están encontrando una nueva competitividad en el exterior, lo que ha permitido que las exportaciones crezcan un 35,4% en enero respecto al mismo mes del año anterior. De forma sorprendente, las importaciones también aumentaron (un 7,9%), a pesar de que la capacidad de compra del país está por los suelos. El resultado es que el déficit comercial se ha reducido un 70% para situarse en 1.200 millones de dólares (unos 160.000 millones de pesetas). En total, el desequilibrio comercial de México con el exterior fue de 450 millones de dólares en enero.

En 1994, el descomunal déficit de 28.000 millones de dólares, que resultó imposible cubrir con capitales extranjeros debido a la inestabilidad política, precipitó la devaluación, en la que el peso perdió más de un 60% de su valor frente al dólar en unos días. El Gobierno, consciente de que la delicada situación de México no permite albergar demasiadas esperanzas de atraer muchos dólares este año, respiró aliviado al ver la cifra de enero.

De seguir así las cosas, los cálculos hechos por los responsables económicos sobre cómo financiar el déficit por cuenta corriente este año resultarán correctos, si la espiral inflacionaria que comienza a insinuarse no da al traste con la competitividad que ha permitido el crecimiento de las exportaciones.

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