La biología molecular confirma que John Dalton era daltónico
Él mismo analizó, hace 200 años, por qué confundía el color rojo con el verde
El británico John Dalton, como científico que era, analizó su propia ceguera a los colores y llegó a la conclusión, en 1794, de que confundía el rojo con el verde porque el humor vítreo -la sustancia gelatinosa transparente, que llena el globo ocular- estaba teñido de azul Para comprobarlo quiso que se le hiciera la autopsia tras su muerte (1844). Científicos británicos han analizado ahora el ADN de Dalton y han descubierto que tenía el defecto genético del daltonismo.
El médico que hizo la autopsia de Dalton encontró el humor vítreo perfectamente normal. Afortunadamente, se conservaron suficientes fragmentos de los ojos como para que David Hunt, de la Universidad de Londres, haya podido aplicar en ellos las modernas técnicas de biología molecular y comprobar que Dalton carecía de un gen responsable de producir el fotopigmento del verde con la consiguiente insensibilidad visual a ese color.Para Dalton el rojo del lacre tenía el tono del laurel y un lazo vermellón casaba perfectamente con lo que otras personas consideraban un color marronáceo. Y le sorprendía que unos geranios rosa que él veía de color azul cielo a plena luz del día, le resultaban amarillentos con una pizca de rojo a la luz de una vela, cuentan Hunt y sus colegas hoy en la revista Science.
Los restos de los ojos de Dalton se conservan en la Literary and Philosophical Society de Manchester (Reino Unido), y los investigadores han tomado de ellos muestras para analizar el ADN. El equipo de Hunt ha averiguado así que el gran químico padecía deuteranopía, una forma de daltonismo o ceguera a los colores caracterizada por insensibilidad al color verde, y no insensibilidad al rojo, o protánopía, como se creía.
En el cromosoma sexual X
Dalton, físico y químico que explicó las moleculas como compuestos de elementos combinados de una forma determinada, fue también el primero. en hacer, en 1794, un análisis sistemático del defecto de visión que su hermano y él padecían. Hoy se sabe que esta ceguera cromática, denominada daltonismo en su memoria, es hereditaria y muy infrecuente, pero se da más entre hombres que entre mujeres porque se debe a un defecto en genes del cromosoma sexual X.
Thomas Young (1773-1829), autor de la teoría ondulatoria de la luz, propuso que en la retina del ojo hay tres tipos de células sensibles que reaccionan a los tres colores primarios (rojo, verde y azul) y explicó la ceguera a los colores de Dalton se debía a la parálisis de aquellas células encargadas de percibir el rojo. Una buena intuición global, pero se equivocó en el diagnóstico de Dalton.
De la percepción de los colores se encargan en el ojo millones de células de la retina sensibles a la luz, que transmiten su información al cerebro por el nervio óptico. Siete millones de esas células son conos y se ocupan de los colores, mientras que otros 125 millones son bastones que distinguen los matices de gris. "Hoy sabemos que la visión diurna depende de tres tipos de fotopigmentos que están en tres clases de conos", explica Hunt.
Esos fotopigmentos son sensibles a diferentes longitudes de onda del espectro de la luz: corta (azul), media (verde) y larga (rojo). Los genes responsables de hacer los pigmentos visuales están en el cromosoma sexual X y se sabe que las dos variedades más comunes de daltonismo están relacionadas con la ausencia de los fotopigmentos para el rojo o para el verde.
Del interior del ojo
Hunt explica que para su experimento utilizaron tejidos extraídos del interior del ojo de Dalton, difícilmente expuestos a contaminación, y que tomaron las medidas necesarias para estar seguros de que el ADN analizado no contenía material genético de otro individuo. Incluso se cercioraron de que ninguna persona del laboratorio donde se hicieron los análisis padecía ceguera a los colores, cuyo ADN pudiera mezclarse con las muestras de los ojos del insigne químico.
Aunque los resultados sobre Dalton añaden luz sobre la naturaleza de las anormalidades de la visión del color, otro estudio publicado en el mismo número de Science viene a complicar los esquemas de cuál es la situación normal. El número de genes implicados en la producción de fotopigmentos sensibles al rojo y al verde no es constante en las personas normales, sino que varía entre dos y nueve.
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