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Rafael Vera elude su posible ingreso en prisión

El ex secretario de Estado recusa a Garzón por "enemistad" y a Bueren por "amistad"

Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, consiguió eludir ayer su posible ingreso en la cárcel mediante una inédita estratagema legal: recusar al juez Baltasar Garzón por enemistad y a Carlos Bueren por amistad. Vera considera que Garzón, instructor del caso GAL, es "químicamente incompatible" con él y su "enemigo" más significativo. A Bueren, encargado de resolver la recusación del instructor, lo califica de "amigo íntimo" de ambos. La obra, atribuida al defensor de Vera, el catedrático de Derecho Penal Manuel Cobo del Rosal, puso en, un brete sin precedentes a los jueces de la Audiencia Nacional, que buscan una salida a este atolladero, para el que no hay ni previsiones legales ni jurisprudencia alguna. En su comparecencia ante Garzón, Vera se limitó a ratificar y firmar la recusación del instructor, que se abstuvo y pasó la causa a Bueren, cuya recusación ratificará Vera la semana próxima.

Rafael Vera llegó a la Audiencia Nacional a las cinco de la tarde en un Opel Senator blindado y entró en el edificio sorteando al centenar de informadores que le aguardaba tras un cordón de policías antidisturbios reforzado con vallas de contención.Inmediatamente fue conducido al Juzgado Central de Instrucción número cinco, donde le esperaba Garzón, mientras la policía mantenía a raya a la masa de periodistas. Según la versión de Vera, el encuentro fue "frío, pero muy educado", informa Jesús Duva. Cuándo estuvieron frente a frente, ambos se saludaron con un apretón de manos sin esbozar la menor sonrisa.

El juez pidió al ex número dos de Interior que se sentara, antes de preguntarle: "¿Se ratifica usted en lo expuesto en el escrito de recusación". Tras asentir, Vera estampó su firma al pie de un folio y después lo hicieron su abogado, la secretaria judicial y el magistrado. Vera y Garzón volvieron a darse la mano y le despidieron. Eso fue todo. Ni uno ni otro hicieron el más mínimo comentario para sobrellevar la gelidez del encuentro.

"Ninguna maniobra"

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A la salida de la Audiencia, Vera negó que la doble recusación fuese una maniobra para dilatar la acción judicial. "Siempre me he manifestado a favor de colaborar con la Justicia", dijo. "Estoy dispuesto a seguir haciéndolo y no hay detrás de ésto ninguna maniobra. Al contrario, lo que quiero es que la Justicia funcione con objetividad, eficacia y rapidez". Posteriormente, el ex secretario de Estado manifestó a Efe: "Alguien quería enjaularme antes de que comenzara el debate sobre el estado de la nación".

La recusación es un procedimiento previsto para apartar a un juez del conocimiento de una causa y la defensa de Vera la planteó por partida doble. De un lado, recusó a Garzón para conocer del sumario sobre el secuestro de Segundo Marey, alegando "enemistad manifiesta" entre el juez y él, así como que Garzón tiene "interés directo" en el resultado del proceso. También recordó que tiene presentada una querella contra el juez ante el Supremo.

Fuentes jurídicas informaron a Europa Press que en su escrito, Vera asegura que en su momento hizo todo lo posible para impedir la incorporación de Garzón al Ministerio del Interior, como secretario de Estado del Plan Nacional sobre Drogas. Al fracasar, "opté por lo que me dictaba mi conciencia y mi inteligencia; es decir, dimitir sin más", añade Vera, que describe su enfrentamiento con Garzón como "políticamente violento" y "personalmente desabrido". Además, Vera solicita que sean llamadas a declarar "ocho o diez personas" de Interior para que testifiquen la "evidente animadversión".

El ex secretario de Estado también recusó a Bueren, que en su calidad de sustituto de Garzón debe decidir sobre la recusación del primero. Vera alegó en este caso que Bueren y él son buenos amigos, pero que los dos jueces también lo son, por lo que Bueren no podría tener la serenidad de juicio necesaria.

La doble recusación fue presentada a mediodía en la Audiencia Nacional, antes de la comparecencia de Vera, que se efectuó a las cinco de la tarde. El decano de los jueces de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar, que mantuvo una reunión con Bueren y Garzón para estudiar una salida, reconoció que la solución de este incidente de recusación no estaba prevista legalmente.

Antes de acudir a la Audiencia, Vera se entrevistó en el despacho del ex ministro José Barrionuevo con éste y con el ex fiscal del Estado Eligio Hernández. Al darse cuenta de la presencia de cámaras de televisión, Hernández se cubrió la cara con la bufanda que llevaba y subió corriendo las escaleras.

La llegada de Vera a la Audiencia Nacional recordó las grandes ocasiones, los días en que otros personajes pasaron por ese edificio a declarar, como el ex ministro Julián García Valverde o el banquero Emilio Botín, o más recientemente el ex responsable de la PSV Carlos Sotos o el ex presidente de Banesto Mario Conde, informa Mirta Drago.

Por otra parte, el ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que el Gobierno respalda al 100% la actuación de Vera en Interior. En la rueda de prensa habitual tras el Consejo de Ministros, fue preguntado sobre si el respaldo del Ejecutivo al ex secretario de Estado era total. "La respuesta ya la dio el presidente del Gobierno, Felipe González: sí", respondió.

En esta línea, el ministro de Asuntos Exteriores, Javier Solana, dijo que el Gobierno "se siente preocupado por Rafael Vera". Solana, que aún no conocía la doble recusación, mostró su confianza en que el ex alto cargo quedaría en libertad tras declarar ante Garzón. "Lo deseo por su bien y creo que se lo merece".

El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, expresó su preocupación por el hecho de que "el secretario de Estado que ha peleado 11 años contra el terrorismo previsiblemente vaya a la cárcel, mientras Idígoras [dirigente de HB] sigue por ahí con la alegre muchachada [los activistas de Jarra¡, las juventudes de KAS] cantando libremente por las tascas de San Sebastián". Al relacionar la situación de Vera con el juez instructor del caso, Baltasar Garzón, Leguina dijo: "Yo ya estaría preparando el pijama de rayas".

¿Y ahora qué?

La doble recusación presentada por Rafael Vera plantea un pregunta: ¿Y ahora qué? La Pirueta ejercitada por el abogado del ex secretario de Estado no está prevista legalmente y es la primera vez que se plantea en España.Fuentes judiciales consideran que Carlos Bueren tiene dos posibilidades: rechazar su propia recusación, por entender que no está prevista en la ley, o considerarse recusado y remitir las actuaciones al juez decano de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar. En cualquier caso, Bueren pedirá un informe al fiscal.

Si Bueren estima que debe apartarse y remite los dos incidentes de recusación al decano, éste reunirá previsiblemente a la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional. Ésta podría realizar un sorteo entre los cuatro jueces restantes el propio Dívar, Ismael Moreno, Miguel Moreiras o Manuel García-Castelión- para ver quien tramita la recusación de Bueren.

El sorteo podría celebrarse por el método de la insaculación (consistente en extraer una de las bolas introducidas en una bolsa), y en presencia de todos los secretarios judiciales de la Audiencia. Sin embargo, esto no resuelve el eventual problema de que otros jueces puedan ser considerados amigos de Garzón.

Ángel Calderón, de la Asociación Profesional de la Magistratura, dijo ayer que la recusación de Bueren "se produce por primera vez en la historia legal española". La Ley Orgánica del Poder Judicial no prevé este supuesto ni existe jurisprudencia al respecto.

La asociaciones Profesional de la Magistratura y Jueces para la Democracia (JD) calificaron de "llamativa" pero ajustada a derecho, la doble recusación. José Antonio Alonso, portavoz de JD, dijo que la acción del ex responsable de Interior "no es opinable. El, uso de mecanismos previstos en las leyes es legítimo y no hay nada que decir".

Sin embargo, la iniciativa de Vera mereció las reticencias del PP, cuyo diputado Federico Trillo la calificó de 6.Grecusación en cascada de carácter insólito y sin precedentes".

Por parte de Izquierda Unida, Rosa Aguilar pidió a Vera que "deje de montar espectáculos" y aclare lo que sepa ante el juez, y Antonio Romero calificó la doble recusación de "desprecio" y é6ataque" al Estado de. derecho. Romero añadió que a este paso "no va a quedar ningún juez" que pueda instruir el caso GAL.

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