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El Valencia renace ante el Zaragoza

El equipo de Parreira, con 10 hombres, disputa su mejor partido de la Liga

El Valencia renació ayer en Mestalla. Y lo hizo con un fútbol soberbio, lleno de coraje, ambición y clase. Su mejor partido de la temporada. El público, tras tres meses de abstinencia de triunfos y fútbol, enloqueció con su equipo, que jugó la mayor parte del encuentro con un jugador menos por expulsión de Poyatos. Precisamente esta jugada, marcó el partido. Lejos de venirse abajo, el Valencia agarró al Zaragoza y lo zarandeó con toda la ira acumulada durante tres meses de frustaciones. El Zaragoza, poco inspirado, asistió atónito a la transformación de un equipo que vivía en un pozo. Hasta Zubizarreta, sacrificado durante la semana por la prensa, se convirtió en un héroe. Parreira salva la cabeza y el Zaragoza se desengancha en su carrera por el título.Mestalla recibió a sus jugadores con una bronca tremenda, ahíta de tantos disgustos seguidos. Pronto transformó, sin embargo, los abucheos por aplausos cuando comprobó la indumentaria de su equipo. Esta vez el Valencia salió con el traje de los domingos. Es la indumentaria preparada para desafiar a los grandes rivales. En este mejor aspecto contribuían algunos cambios del técnico. La presencia de Gálvez junto a Mijatovic, fue clave.

Es evidente que el Valencia necesita rivales generosos para sentirse a gusto. El Zaragoza es uno de ellos, Aunque ayer optara por por la paciencia, conciente de que su mayor calidad acabaría imponiéndose con el trascurrir de los minutos y que el Valencia sería presa de los nervios. Así parecía que iba a suceder. A la media hora, Aragón había agarrado la manija del partido. Mazinho, por su parte, volvió a parecerse al futbolista que, a principio de campeonato, se cargaba el equipo a sus espaldas. Era un choque disputado, cargado de electricidad, que hacía que el aficionado, frío en anteriores disputas, se metiera de lleno en el partido. Así se llegó el minuto 35. Poyet, un magnífico jugador muy capacitado para sacarle tajada a las malas artes, provocó la expulsión de Poyatos, que picó el anzuelo como un colegial. Tras recibir una patada del uruguayo, Poyatos repelió la agresión y Brito Arceo asumió entonces su dosis de protagonismo.

Sorprendentemente, tras la expulsión llegó lo más brillante del Valencia. Sus 10 hombres apelaron a la emotividad, la potencia de Gálvez y la clase Mijatovic. El zaragoza atacó, pero alocadamente. Salió Pardeza y debutó Cafú, que pasó inadvertido. El Zaragoza ayer no estuvo inspirado. Tampoco contaron los maños con la magia de Mijatovic que dejó el cuero franco a Fernando para que sentenciara el partido. Todavía tuvo tiempo el montenegrino para inventar otro gol con la inestimable ayuda de Mijatovic. Tres meses después, Mestalla enloqueció con su equipo.

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