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EE UU ampliará su ayuda a México con un paquete que oscila entre 3,3 y 5 billones de pesetas

Antonio Caño

El presidente norteamericano, Bill Clinton, llegó ayer a un acuerdo con sus asesores y los principales líderes del Congreso para la aprobación de un paquete de ayuda financiera con el fin de sacar a México de una crisis que tiene en jaque a todos los mercados del mundo. Sin embargo, diferencias sobre el monto preciso de ese paquete, que la Casa Blanca proponía que oscilase entre los 25.000 y los 40.000 millones de dólares (entre 3,3 y 5,3 billones de pesetas), impidieron anoche un anuncio exacto sobre el volumen de la ayuda.

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La reunión entre Clinton, sus principales asesores económicos y los líderes de la oposición republicana concluyó con un comunicado en el que se afirma que Estados Unidos "hará lo que sea necesario" para contribuir a sofocar la crisis mexicana pero sin perjudicar con ello el estado del presupuesto norteamericano."Estamos de acuerdo en que Estados Unidos tiene un importante Interés económico y estratégico en un México próspero y estable. Estarnos buscando caminos para aumentar la confianza financiera y alentar más reformas en México afirma la nota, que fue leída por el portavoz de la Casa Blanca, Mike McCurry. Este comunicado parece reflejar un cierto desacuerdo sobre la cantidad a aprobar, en el sentido de que los dirigentes republicanos habrían tratado de rebajar algo la cifra propuesta por la Casa Blanca. El plan de Estados Unidos, es que el Gobierno mexicano puede utilizar ese respaldo como aval para solicitar créditos a los bancos comerciales a intereses mucho menores de los que podría obtener el Estado mexicano si actuase de forma particular. Esto significa que EE UU no arriesga su dinero más que en la medida en que México no sea capaz de pagar los créditos que solicite.

Acudieron a la reunión con Clinton el presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, el jefe de la mayoría republicana en el Senado, Robert Dole, y los líderes demócratas en ambas cámaras, Richardt Gephardt y Tom Daschle. También estuvo presente el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan.

Este nuevo paquete de ayuda se añadiría al que Estados Unidos había conseguido ya reunir en días anteriores en la comunidad internacional y que asciende a los 18.000 millones de dólares. EEUU aportó la mitad de esa cantidad, pero eso no fue suficiente para contener la desbandada de los inversores.

Portavoces del Congreso y de la Administración indicaron que el paquete que debía aprobarse anoche tiene como principal propósito el de enviar a los inversores una señal clara de que Estados Unidos está firmemente detrás de México en las difíciles circunstancias actuales y que no va a permitir un agravamiento de la crisis.

Uno de los objetivos precisos del nuevo paquete de ayuda sería el de calmar la preocupación de los inversores en relación con las dificultades de México para satisfacer los 28.000 millones de dólares de bonos del tesoro -Tesobonos- que vencen este año. De esa suma, 17.000 millones de dólares están en manos de inversores extranjeros. Los expertos consideran que la refinanciación de los Tesobonos sería la mejor muestra en manos del Gobierno mexicano para devolver la confianza en su mercado.

La moneda mexicana, el peso, ha perdido más de un 500% de su valor desde que comenzó su caída, el pasado 19 de diciembre. "Tenemos un fuerte interés en la estabilidad y la prosperidad de México", declaró la víspera el presidente norteamericano, quien aseguró su voluntad de aumentar los compromisos para ayudar a México a hacer frente a sus obligaciones financieras a corto plazo".

Contra el TLC

Clinton-decidió consultar con los líderes del Congreso antes de anunciar cualquier iniciativa para conseguir cobertura política suficiente para hacer frente a la posible contestación dentro del Parlamento, donde los enemigos del Tratado, de Libre Comercio habrán vuelto a levantar su voz en contra de la vinculación norteamericana a la economía mexicana.El secretario de Comercio estadounidense, Ron Brown, intentó ayer contrarrestar las voces pesimistas y aseguró que la crisis de México es un problema pasajero. Algunos expertos consideran que, aunque, en efecto, una decidida intervención norteamericana en ayuda de México puede contener la caída del peso, pasarán años antes de que se reestablezca la confianza, no sólo en el mercado de ese país, sino en todos los mercados emergentes de Latinoamérica, Asia y el Este de Europa.

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