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LA GIRA REAL

Los Reyes llegan en diciembre

Seis ciudades del sur se rinden ante don Juan Carlos y doña Sofía

El sur se rindió ayer incondicionalmente ante los Reyes en menos de cinco horas. Leganés, Alcorcón, Móstoles, Fuenlabrada, Parla y Getafe salieron a la calle para recibirles, aspirando a poder estrecharles las manos y a explicarles sus problemas, propios o colectivos. Rodeados, aplaudidos, vitoreados y agobiados, atravesaron ayer las mayores ciudades del cinturón obrero de Madrid. El Monarca y su esposa, para desesperación de sus acompañantes, rompieron el protocolo en todas las poblaciones que visitaron. Joaquín Leguina, presidente de la Comunidad de Madrid, afirmó al acabar la visita: "Los Reyes se han llevado una imagen real del sur de Madrid. La gente ha podido hablar con ellos".Seguramente, ninguna de las autoridades autonómicas y municipales que esperaban, ayer a las diez y cuarto de la mañana, a los Reyes en el parque de Polvoranca, de Leganés (176.000 habitantes), se imaginaba el caluroso recibimiento que los vecinos del sur preparaban a los Reyes. Don Juan Carlos y doña Sofía, quienes llegaron en un helicóptero acompañados de Joaquín Leguina, saludaron al Gobierno autonómico, a los diputados regionales y a los concejales de Leganés. A continuación inauguraron una gran exposición (Tiempo del Sur), donde se podían contemplar los cambios sufridos en los últimos años en la zona y los planes de desarrollo futuros. El Rey se interesó por las comunicaciones y la futura ronda M-50. La Reina prefirió los expositores relacionados con la cultura y las tradiciones.

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A las once y cinco comenzó la gran travesía real en un autobús interurbano del Consorcio de Transportes. El consejero Julián Revenga comentó: "Yo creo que es la primera vez que los Reyes viajan en uno de nuestros autobuses. Éste, precisamente, es el que une Madrid con Algete".

PASA A LA PÁGINA 4

Los vecinos de Parla fueron los únicos que hablaron a los Reyes de paro y crísis industrial

VIENE DE LA PÁGINA 1Veinte minutos después, el modesto vehículo real llegaba a Alcorcón (143.000 habitantes), a través de unas calles abarrotadas de ciudadanos que vitoreaban a los Reyes. Miles de niños agitaban, al tiempo, pequeñas banderas pintadas con pulso infantil a su paso. Pancartas de bienvenida cubrían los árboles de la ciudad. El autocar, lentamente, se acercaba al centro.

Los Reyes llegaron al teatro Buero Vallejo, un edificio recientemente inaugurado que, necesitó seis millones para reparar chapuzas. La agrupación musical Manuel de Falla les recibió al son de la música de Verdi. La Reina fue la primera en romper el protocolo. Se acercó a la gente. Miles de manos se. alzaron para tocarla y saludarla. Gritos y vítores del público. Niños que miraban la escena con pequeñas banderitas en sus manos. Sonrisas. Piropos. El Rey permanecía serio junto al alcalde de la ciudad, Jesús Salvador Bédmar, del PSOE, y los responsables autonómicos. No aguantó mucho. Dio unos pasos al frente y se acercó también a saludar a los ciudadanos, que reventaban las vallas. El Rey y la Reina se ganaron la plaza. Eran las 11.50 cuando volvieron a subir al autocar. Cuando el vehículo arrancaba, tuvo que frenar. El Rey se llevaba el bastón de mando del Ayuntamiento. Don Juan Carlos se bajó del vehículo, devolvió el bastón y emprendió camino hacia Móstoles (199.150 habitantes).

Los Reyes firmaron en el libro de honor de Móstoles. El mismo en que Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia habían reflejado en 1908 su primera visita a la ciudad. Rodeados por el gentío que deseaba saludarlos en el antiguo cuartel Huerta, aún a medio hacer, tomaron de nuevo el autobús hacia Fuenlabrada (159.000 habitantes).

Esta ciudad hizo esfuerzos para esconder sus sentimientos. La aparente frialdad del recibimiento a los Reyes tenía truco: 4.000 niños esperaban agazapados en el interior del polideportivo municipal Fernando Martín. Saltándose otra vez el protocolo, los Reyes estrecharon manos infantiles, abrazaron y cogieron en brazos a los chavales. Esa fue la mayor parada real: 40 minutos.

Centralita colapsada

A las 13.30, los Reyes llegaban a Parla (75.000 habitantes), el municipio con. más paro de la región, en principio excluido del viaje. Las asociaciones vecinales tuvieron que empapelar la ciudad con carteles para llamar a rebato a los vecinos, que colapsaron la centralita de la Comunidad. Tres representantes explicaron a los Reyes sus problemas. Los vecinos les relataron el gran fracaso escolar que se registra en la localidad, la falta de industria y los problemas de los jóvenes sin. trabajo. Los Reyes escucharon, con rostro serio, las explicaciones, y les aconsejaron dirigirse a su alcalde, José Manuel Ibáñez.

El recorrido de los Reyes acabó en la biblioteca municipal Ricardo de la Vega de Getafe (140.000 habitantes). La plaza de la catedral se quedó pequeña para la ocasión. "¿Dónde está la Reina?", preguntó don Juan Carlos. La Reina se había ya perdido entre la gente. "Guapa, guapa", le gritaban desde los balcones, mientras ella, sin perder la sonrisa, hacía esfuerzos para no quedar atrapada entre el mar de manos que apretujaban las suyas. A las 14.45 montaron en sus vehículos, y la vida volvió a la normalidad. Los Reyes llevaban puesta una sonrisa en sus rostros.

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