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Las jugadoras del Oroquieta, fueron apaleadas en Bilbao

Tres de las futbolistas fueron evacuadas del campo en ambulancia

ÓSCAR SANZ "A mí me han destrozado las cervicales; a Esther, una pierna; a Sonia, una muñeca y el cuello... Y lo peor de todo es que no sabemos por qué". Conchi Marchori, de 26años, va, a tener serios problemas para volver a hacer lo que más le gusta: jugar al fútbol. Hasta el domingo pasado lo hacía en el Oroquieta, el equipo madrileño campeón de Liga. El domingo, el campo de fútbol del Sondika, en Bilbao, fue escenario de un lamentable suceso: allí fueron apaleadas las jugadoras del Oroquieta tras ganar el partido. Tres jugadoras tuvieron que salir en ambulancia.

La comisaría de Villaverde guarda desde el pasado martes la denuncia interpuesta las tres futbolistas brutalmente golpeadas en Sondika. Conchi Marchori; Esther Zarza, de 21 años, y Sonia Calzada, de 17, tuvieron que ser evacuadas del campo en ambulancia.Los sucesos comenzaron en los últimos minutos del partido, con el marcador reflejando un rotundo 0-3 a favor del Oroquieta. Fue entonces cuando una acción aislada provocó una pequeña tangana entre las jugadoras de ambos equipos.

Esther Zarza, que se encontraba en el banquillo, salió corriendo por la banda para auxiliar a una compañera. Y en ello estaba cuando un espectador le propinó una patada en el muslo que, según consta en la denuncia, "la levantó aproximadamente, un metro del suelo y la desplazó dos metros". Ya en el suelo, el agresor, siguió pataleando a la jugadora. El resultado es media docena de moratones y rotura de fibras de la pierna derecha.Hermano de una jugadora

Según averiguaron posteriormente las compañeras de Esther, el agresor resultó ser hermano de una jugadora del Sondika, "concretamente, de la número 8".

A raíz de este hecho, cerca de 30 personas saltaron al campo con el propósito, en unos casos, de poner paz, y en otros, de imitar al susodicho hermano. Entre ellos, quien más empeño puso en esta última tarea fue la abuela del agresor y de una de las jugadoras del Sondika. La abuela se abalanzó sobre Sonia Calzada y, paraguas en mano, "comenzó a golpearla con tanta fiereza que la produjo tres fisuras en la muñeca y un golpe en la columna por el que tiene que llevar collarín", según asegura Pepe Calzada, presidente del club y padre de la agredida.

Pero la peor parte se la llevó Conchi Marchori. Esta jugadora de 26 años había sido sustituida tras recibir, en un lance del juego, un codazo en la boca.

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"Estaba sentada en el banquillo mareada por el golpe, pero al ver cómo pegaban a Esther, me levanté. Fue entonces cuando me crucé con el delegado del Sondika, que, ni corto ni perezoso, meempujó violentamente mientras me decía: 'O te vas de aquí o te mato", relata la jugadora de este equipo de Villaverde.

Conchi Marchori no se fue y el delegado del Sondika siguió a lo suyo: "Me dio un golpe seco en la espalda y noté un crujido en las cervicales. Luego, otro golpe y otro crujido. No recuerdo más porque me desmayé".

Una ambulancia la trasladó al hospital de Cruces, de Bilbao, donde estuvo cinco horas en observación.

Posteriormente viajó a Madrid con el resto de sus compañeras. Pero antes recibió una precipitada oferta: "El presidente del Sondika me ofreció dinero si no denunciaba los hechos. En Bilbao no lo hicimos porque la Ertzaintza no nos dio ninguna facilidad. Preferimos esperar a llegar a Madrid".

En el Gregorio Marañón informaron a la jugadora de la gravedad de su lesión. De momento, Conchi Marchori está obligada a guardar cama y a lucir en su cuello un collarín como solución de urgencia a la luxación que sufren dos de sus vértebras. Pero nadie descarta. que la lesión vaya a peor y que esta jugadora tenga que retirarse definitivamente.

Pepe Calzada, presidente del Oroquieta, está dispuesto a denunciar los hechos. "Es una vergüenza. Las escupieron, insultaron y apalearon y todavía estamos esperando que alguien de la Federación Española de Fútbol las llame para saber si están vivas o no".

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