Javier de la Rosa ingresa en prisión
La policía le detuvo en un aparcamiento a pocos metros de los juzgados de Barcelona
BLANCA CIA El financiero Javier de la Rosa ingresó esta madrugada en la cárcel Modelo de Barcelona. Pasadas las tres y media de la madrugada, el fiscal del caso, José Maria Mena, anunció que el juez Joaquín Aguirre había decidido el ingreso en prisión incondicional de Javier de la Rosa, acusado de los delitos continuados de falsedad y apropiación indebida. El juez tardó cuatro horas en tomar esta decisión, después de haber interrogado a De la Rosa entre las 8 y las 11.20 de la noche. El resto de detenidos que pasaron ayer por el juzgado de guardia ya habían sido puestos en libertad o conducidos a prisión a media noche.
Antes de decidir la prisión para De la Rosa, el juez había debatido largamente la cuestión con el fiscal del caso, José Maria Mena. Tras su reunión con el fiscal, desde que acabó la declaración a las 23.30 horas hasta bien pasada la media noche, el juez se encerró en su despacho, donde escribió a mano los razonamientos de su decisión. Pasadas las 2.30 de la madrugada, el juez Aguirre se hizo subir una taza de café y pastas para reponer fuerzas hasta que por fin acabó el texto legal y transmitió a De la Rosa su decisión de ingresarle en prisión.
Corriendo y flanqueado por agentes de policía. Así había ingresado ayer Javier de la Rosa en el Juzgado de Guardia de Barcelona, poco después de la una de la tarde. El financiero, buscado por la policía desde el viernes por orden del juez, que le acusa de estafa, falsedad y apropiación indebida, había sido localizado finalmente en un lugar poco habitual: el aparcamiento situado frente al edificio de los juzgados de Barcelona, en el paseo de Lluís Companys. En los subterráneos del aparcamiento, De la Rosa aguardaba. a su abogado, Joan Piqué Vidal, con quien había quedado citado para almorzar y, según Piqué, decidir la estrategia definitiva para entregarse a la policía.
El letrado acudió al juzgado a mediodía y conversó con el juez del caso, Joaquín Aguirre, y con el fiscal, José María Mena. Piqué les informó que su cliente tenía intención de entregarse y no eludirla acción de la justicia. Finalmente, se estableció que De la Rosa aparecería en el juzgado a las cinco de la tarde.
Sin esposas
Pero lo planificado por el letrado no pudo ser. Al salir del juzgado, Piqué mantuvo un breve pero distendido contacto con los periodistas. Repitió que su cliente no escaparía. Después, bajó a los subterráneos del aparcamiento de Lluís Companys para comunicar a De la Rosa que regresarían a las cinco de la tarde. Sin embargo, agentes de policía seguían los pasos del abogado y lograron así descubrir a De la Rosa en el aparcamiento.
El financiero tuvo que cambiar de coche y de compañía. Salió del aparcamiento en un vehículo policial camuflado y con varios agentes, algunos de ellos de la brigada de delitos económicos. Inmediatamente después el coche se paró en la puerta de acceso al juzgado de guardia, en la parte trasera del edificio. De la Rosa, vestido con una traje azul, con gafas de sol y sin estar esposado, entró corriendo y fue conducido al juzgado de detenidos. Momentos después, Joan Piqué Vidal volvía a comparecer ante la prensa, esta vez con gesto de contrariedad por el arresto de su defendido. El letrado calificó de innecesaria la detención del financiero cuando todo estaba preparado para su comparecencia voluntaria. Piqué manifestó entonces: "No hay ningún desvío de dinero por parte de mi cliente". Aludía así a la acusación de apropiación indebida que se le imputa a De la Rosa por el presunto uso indebido de 1.000 millones, correspondientes al aval de 10.000 otorgado por la Generalitat.
La llegada de De la Rosa al juzgado, poco después de la una del mediodía, no pudo ser captada por la mayoría de los reporteros gráficos que, al igual que los redactores, se encontraron con la prohibición de acceso al vestíbulo del juzgado de guardia. La orden la dió a la Guardia Civil el decano de los jueces, Santiago Torres, que hasta ayer no había impedido el trabajo de la prensa en la parte pública del juzgado. Preguntado por qué el trato de favor en el caso de De la Rosa, Torres argumentó que eran medidas de seguridad.
El financiero fue cacheado a la llegada a los juzgados como cualquier detenido, y comió un bocadillo que se le suministró de un bar próximo. Su declaración se inició a las 19.45 horas de la tarde y concluyó tres horas y veinte minutos más tarde.
Al interrogatorio de De la Rosa, practicado por el instructor, asistieron sus abogados, así como Juan Cruells, presidente actual de la sociedad Grand Tibidabo, que abandonó el edificio de los juzgados al cabo de poco rato de iniciada la declaración de De la Rosa.
Mientras, los registros en las sedes sociales de las empresas dirigidas por De la Rosa anteriormente ya se daban por concluídos. El contenido de los disquetes informáticos y la documentación intervenida fue examinada por tres funcionarios de la Inspección del Banco de España. En los registros no se ocuparon cintas magnetofónicas.
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