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Estados Unidos y Cuba pactan el fin de la crisis de los 'balseros'

Estados Unidos y Cuba alcanzaron ayer en Nueva York un acuerdo para resolver la crisis de los balseros y poner fin al flujo ilegal de isleños hacia Estados Unidos, que desde primeros de agosto ha llenado de precarias embarcaciones el estrecho. de Florida. Según informaciones de la Casa Blanca, Washington concederá 26.000 visados en un primer año y otros 20.000 en años sucesivos a cambio de que La Habana controle por medios legales y no violentos el éxodo de cubanos.

Washington y La Habana llegaron ayer a un acuerdo tras una semana de negociaciones que comenzaron con fuertes críticas por parte cubana a la política norteamericana de concesión de visados. Ricardo Alarcón, el negociador cubano, cambió el jueves de tono, tras evacuar consultas con su Gobierno sobre la última oferta norteamericana, y regresó a Nueva York convencido de que esta vez sí habría acuerdo. El pacto alcanzado, según señaló un portavoz del presidente Bill Clinton, consiste en que Estados Unidos concederá 20.000 visados anuales a los cubanos que lo soliciten, y este año, con carácter excepcional, 6.000 más para dar salida a las peticiones de emigración estancadas. Esa cifra de 26.000 se aproxima al tope legal de los 27.835 que puede conceder Washington.

A cambio, el régimen de Fidel Castro se compromete a impedir por medios legales y no violentos el flujo de emigrantes, y además garantiza que no maltratará a los más de 20.000 cubanos retenidos en la base estadounidense de Guantánamo o en las instalaciones norteamericanas en la zona del canal de Panamá, que ahora podrán ser devueltos a La Habana para que soliciten desde allí visados para emigrar legalmente a Estados Unidos

Las reuniones de esta semana en Madrid entre Roberto Robaina, ministro cubano de Exteriores, y representantes de grupos anticastristas han contribuido a fomentar el ánimo negociador entre La Habana y Washington, y anoche se especulaba con la posibilidad de que, tras resolver la cuestión de los visados, cubanos y norteamericanos pasen a negociar en un inmediato futuro "asuntos técnicos" como el establecimiento de comunicación telefónica directa entre Cuba y EE UU y la reanudación del envío de dólares a la isla, medidas que supondrían un alivio del embargo impuesto por Estados Unidos al régimen castrista. Esta supuesta segunda parte del acuerdo no se ha plasmado en ninguna declaración oficial.

En Cuba, las primeras noticias sobre al acuerdo fueron acogidas con esperanza, lo mismo que las procedentes de Madrid sobre las discusiones entre el régimen y representantes de la oposición.

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