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TOUR 94

Echávarri, contra las polémicas de sus franceses

Dos ciclistas franceses de gran popularidad y capacidad, Armand de las Cuevas y Jean-François Bernard, han criticado en esta primera semana del Tour el comportamiento interno del Banesto, no en la carrera, sino en cuanto a la relación que mantienen en su seno los corredores con los dirigentes. José Miguel Echávarri, director del equipo, aplaza cualquier contestación "porque estamos en carrera y esto es ahora lo más importante".De las Cuevas, que dejó el ano pasado Banesto, denunció que en una ocasión no le permitieron ganar una etapa; Bernard, por su parte, anunció que no renovará su contrato, porque mantiene relaciones tensas con ciertas personas después de que creciera exageradamente el equipo tras la fusión con el Amaya. "Sus declaraciones", dice Echávarri, "garantizan que en el Banesto no hay ninguna dictadura. Cada uno puede decir lo que piense, sin que ocurra nada. Yo, al menos, no he dicho absolutamente nada a Bernard. En cuanto a De las Cuevas, no tengo por qué, pues ya no pertenece al equipo".

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El director del Banesto, en cualquier caso, está convencido de que las declaraciones de De las Cuevas no reflejan con exactitud lo que él quiso expresar, mientras que las de Bernard, ratificadas ante la televisión, responden a su deseo, "nada reprochable", asegura Echávarri, de cambiar de equipo. "Ya se le ofreció el año pasado la posibilidad de dejar Banesto", revela su director, "si lograba en Francia formar un equipo a su alrededor. No fue posible y continuó con nosotros. Perfecto, porque es un corredor que nos interesa, como lo demuestra que está con nosotros en el Tour. Yo estoy contento con su rendimiento, y la relación profesional que mantenemos es, por tanto, buena. Otras cuestiones son las personales, si es que las hay y que tiempo habrá de matizar, porque ahora lo más importante es trabajar todos para el equipo, y él lo está haciendo de manera irreprochable, o sea, que ningún problema". Tan bien está Bernard, vieja joven esperanza francesa, que colocó con él a su hermano Pascal como mecánico del equipo.

Echávarri considera que, en el ciclismo, todos los componentes de un equipo han de trabajar para el líder, y recuerda la época en la que Miguel Induráin era gregario de Pedro Delgado.

En esta asignatura es en la que falló, ciertamente, De las Cuevas, licenciado del Banesto a mediados de la temporada pasada. El iluminado francés no se recataba en afirmar que no estaba a gusto porque consideraba que tenía capacidad para ser el líder del equipo en alguna prueba. La mayor tensión entre él y el equipo llegó en el Tour de 1992, cuando se empeñó en hacer un gran desgaste en la contrarreloj de Luxemburgo para mostrar sus posibilidades. Quedó segundo tras Induráin, pero se le atragantó la montaña. Después del Giro de 1993, De las Cuevas hizo las maletas definitivamente. Y como líder del Castorama ya ha sido maglia rosa en el Giro.

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