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Entrevista:

"En 'Los días contados', Madrid puede parecer París o Nueva York"

Imanol Uribe (El Salvador, 1950) es un vasco centroamericano que trabaja en las entrañas de Madrid. y vive en el campo, "más bien duermo, para el trabajo necesito la ciudad". Seis semanas invertidas en el rodaje de su última película, Los días contados, han sido suficientes para recordarle la dureza de un Madrid que quiere bien y conoce mejor. Diplomado en periodismo y cine, lo primero fue una excusa para aprender a rodar. Lo segundo, un pretexto para hacer la crónica de sus grandes pasiones: Euskadi (El proceso de Burgos, La fuga de Segovia o La muerte de Mikel) y la literatura, El rey pasmado, basado en la novela de Gonzalo Torrente Ballester, y esa crónica actual en clave de hormigón que son Los días contados, basada en la novela de Juan Madrid.

Pregunta. ¿Contados porque se relatan o porque es el fin?

Respuesta. Las dos cosas. Es la crónica de unos personajes cuyos días, horas, minutos y segundos están más que contados, viven situaciones absolutamente límites.

P. Dicen que Madrid no se presta fácilmente a los rodajes.

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R. Hemos trabajado seis semanas en Madrid y una en Granada, y debo reconocer que en esta ocasión, y por parte del Ayuntamiento, han sido todo facilidades. Otra cosa es que en Madrid cortar una calle en pleno centro sea siempre un follón. Si Madrid es una ciudad difícil para darse un paseo, imagínate para un rodaje.

P. Según el libro, la película transcurre en barrios muy concretos.

R. También la película es absolutamente urbana, aunque con un tratamiento inusual. Es un ambiente de mucho cemento y poco verde, pero no se identifica con ésta ni con ningunaotra ciudad, porque he prescindido del folclor. Podría ser París o Nueva York.

P. ¿Hasta dónde se ha saltado el texto original?

R. Hasta donde ha sido preciso para escribir el guión. Me he quedado con los personajes femeninos, pero el protagonista masculino, Carmelo Gómez, es totalmente distinto. El texto de Juan Madrid me impactó, es fantástico, y lo leí en el momento adecuado.

P. ¿Y qué opina Juan Madrid?

R. La película le ha encantado.

P. ¿Abordó con tanta libertad el texto de Torrente Ballester para hacer El rey pasmado?

R. Han sido dos proyectos radicalmente distintos, no se trata igual una comedia histórica ambientada en el siglo XVII que otra totalmente actual. El texto, tal y como estaba, me pareció listo para el cine.

P. Actores veteranos, como Fernando Guillén, le describen suave, de cadencia caribeña, pero últimamente sus repartos son muy jóvenes.

R. En esta película, Ruth Gabriel hace su primer y espléndido papel protagonista, y montamos un casting muy especial para buscar al menos ocho debutantes absolutos. No hubiera conseguido ese ambiente tan de la calle con caras conocidas.

P. Tiene usted la manía del testigo.

R. Hay un componente documentalista que se acerca en cierta forma al periodismo, profesión que no he ejercido jamás. Me matriculé simplemente para disimular en casa y estudiar cine.

P. ¿Le sirvió la escuela de cine?

R. Con todos sus defectos, la escuela cambió mi vida. Aquellos años no tienen precio, y gracias a ella coincidimos gente con muchas e interesantes inquietudes. Apoyaría cualquier intento de resucitarla.

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