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El Constitucional deja las pensiones en Italia al borde de la quiebra

El INPS, el instituto de previsión italiano que gestiona el sistema estatal de pensiones probablemente m s generoso del mundo, con oportunidades de jubilación tras sólo 15 años de actividad, ha llegado al borde de la quiebra como consecuencia de una sentencia del Tribunal Constitucional, y ha pasado la pelota al Gobierno y al Parlamento para que cubran un agujero incalculable: se ha hablado de 30 billones de liras (unos 250.000 millones de pesetas), aunque muchos consideran la cifra totalmente exagerada.El Gobierno de Silvio Berlusconi no puede ignorar el problema, aunque ha declarado su intención de reducir al mínimo las pensiones públicas.

La sentencia anula un reglamento adoptado por el INPS en 1983, por el que se suprimió el derecho a percibir segundas pensiones por parte de muchos sujetos que, de todos modos, no llegaban a la pensión considerada mínima. El reglamento fue aplicado con efectos retroactivos y convalidado hace un año por el Gobierno de Carlo Azeglio Ciampi mediante un decreto ligado a los presupuestos de este 1994.

La sentencia declara el derecho de los afectados a percibir las pensiones que no les han sido pagadas en todos estos años. Aquí es donde comienza el problema, porque las cifras bailan. Se ha hablado de 300.000 afectados, que podrían llegar a ser 600.000, y el ministro de Trabajo, Clemente Mastella, ha lanzado la cifra de 30 billones de liras ya mencionadas.

Su predecesor en el cargo, Gino Giugni, la ha considerado extraordinariamente exagerada, y un portavoz del Constitucional declaró ayer que los propios gestores del INPS habían comunicado al tribunal en abril que el agujero, en caso de sentencia desfavorable, sería de nueve billones de liras.

Lo que es indudable es que el descubierto, sea cual sea su verdadera cuantía, cae sobre un déficit que, a mitad del año, parece ya imposible de contener en el imponente nivel de 150 billones de liras. El Gobierno de Silvio Berlusconi, que acaba de tomar el relevo con muchas promesas de moderar la presión fiscal, trata de evitar por todos los medios el recurso a una segunda tanda improvisada de impuestos que se había convertido en una costumbre en Italia, porque el Estado no lograba llegar a fin de año tras ingresar el impuesto normal sobre la renta.

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