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La Sierra Norte convierte las casas en ruina en 'paradores' rurales

Octavio Cabezas

A los paradores les ha salido competencia. Los amantes de la naturaleza, el turismo alternativo o la tranquilidad pueden practicar sus aficiones en edificios rurales rehabilitados por la Comunidad en la Sierra Pobre de Madrid -en el extremo septentrional de la región, entre Segovia y Guadalajara-. Los precios son asequibles, pero la espera puede llegar hastalos tres meses. El objetivo no es sólo dar a conocer la zona, sino "impulsar también su paupérrima economía" según el viceconsejero de Política Territorial, Oswaldo Román.

A los 25 alojamientos (de entre 30 y 40 metros cuadrados, con baño, cocina y menaje) ya en funcionamiento -con un total de 86 plazas- se añadirán 20 después del verano, y hay en proyecto cuatro más para 1995. Con ellos, las plazas serán 184. Los precios van desde las 6.000 pesetas -una noche en un apartamento de dos plazas- hasta las 140.000 -un mes en uno de cuatro-. Un total de 14 municipios de entre 51 (La Hiruela y Puebla) y 409 habitantes (Lozoya) son los beneficiados.El mantenimiento y el control de reservas los hace el Centro de Recursos de Montaña, con sede en Montejo (257 habitantes). tenemos peticiones incluso del extranjero y la lista de espera oscila, según los sitios, entre 15 días y tres meses", comenta Jesús Rivillo, gerente de la entidad, dependiente de la Mancomunidad de la sierra del Rincón (Horcajuelo, La Hiruela, Montojo, Puebla y Prádena).

Escasez presupuestaria

El programa de rehabilitación se remonta a 1989, y ahí sigue, pese a la escasez presupuestaria (80 millones este año). El criterio de elección de los edificios a restaurar es que sean típicos de la arquitectura de la zona (casonas de granito o neis, cubiertas de te a árabe y de una o dos plantas). Cedidos por los ayuntamientos, técnicos de la Comunidad realizan los proyectos de, rehabilitación, en los que se debe respetar la arquitectura tradicional. "Las obras se adjudican a pequeñas empresas de la' zona, con lo que aumenta el empleo, especialmente el joven", explica Rodolfo García-Pablos, director general de Arquitectura. "Ya hay empresas, incluso, que se han especializado, y eso es bueno, porque anima a los particulares", añade.No sólo la economía de esta región ganadera parece haberse animado. También la demografía. "En mi pueblo, hace 10 años, no había casi niños, y ahora hay 11 o 12", se ufana Pedro González, alcalde de Horcajuelo (80 habitantes).

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