Chivo expiatorio
En EL PAÍS del pasado día 8 de marzo aparece un artículo de opinión, firmado por Vicente Molina Foix, con el título ¡Todos a la máquina!, en el que me alude de una forma por la que no puedo menos que sentirme agraviado. Me atribuye una "brillante ocurrencia" en mi comparecencia del pasado 21 de febrero ante la Comisión Especial de Contenidos Televisivos del Senado, concretamente la de que aquellos a quienes no les guste la programación tienen siempre la posibilidad de desconectar el aparato y dedicarse a otra cosa", e irónicamente dice que podría dedicarme a la filosofía del derecho. En la misma página de opinión, el día 16 de marzo aparece un artículo de Francisco Ayala, con el título El basurero electrónico, en el que también alude a mi comparecencia ante el Senado, criticando por su "extremada demagogia" algunas afirmaciones mías, como la de que si el público quiere telebasura, no se deben imponer otros gustos.Cuando uno escribe para el público, lo menos que se puede pedir es un mínimo de responsabilidad. En este caso, la responsabilidad debía haber llevado a contrastar la información sobre lo que se dijo en la comisión, y no tomar al pie de la letra el reportaje sobre el tema publicado unos días antes en las páginas de televisión de este mismo diario. Sólo un ingenuo puede leer el reportaje de un periódico como si fuese la verdad objetiva. Con haberse tomado la molestia de leer la columna de José F. Beaumont aparecida ese mismo día habrían llegado a otra conclusión: justamente a la conclusión de que las afirmaciones que me atribuyen, y otras del mismo tenor, tenían un sentido descriptivo de un estado de opinión del que es necesario partir para iniciar cualquier debate sobre el control de la televisión.
Por la reacción que han tenido parece que era objetivamente necesario articular tales afirmaciones. Lo que yo personalmente lamento es que me hayan tomado a mí como chivo expiatorio del desmadre televisivo con ataques que debían ir dirigidos a otros.-
. Catedrático de Filosofia del Derecho. Granada.
