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La habilidad de Víctor desarbola el juego del Toledo

El Toledo no justificó su lugar de privilegio en la clasificación y cayó derrotado con claridad en la Ciudad Deportiva. El planteamiento de los toledanos pecó de falta de ambición y no correspondió al de un equipo que goza de opciones de ascenso. La soledad de Paniagua en la delantera durante los 90 minutos de juego es suficientemente expresiva de las precauciones del Toledo.Ante semejante rival, el Real Madrid B no tuvo excesivos problemas para adueñarse del centro del campo y, por ende, de la iniciativa. Pero el orden y la disciplina visitante negó al conjunto blanco la posibilidad de realizar un juego vistoso y, sobre todo, vertical. El encuentro discurrió así en apenas 30 metros de césped, sin que Valerio ni Villalvilla tuvieran mucho trabajo, ni las ocasiones de peligro fueran demasiado claras.

Reducido el partido a la paciente espera de los errores del contrario para marcar, Marina y Víctor encontraron el escenario adecuado para dejarse notar. El ex rojiblanco, para demostrar que el que tuvo, retuvo; el madridista, para realizar una exhibición de velocidad y regate que desquició a la defensa toledana. El primero porque representa a .esos futbolistas que miman la pelota. El segundo porque es un extremo explosivo de habilidoso quiebro.

Con el saber hacer de ambos jugadores, el partido fue vistoso, a pesar de la opacidad del juego. El gol de Dan¡ dio alas a los madridistas, que se refugiaron en su área buscando el contragolpe. Víctor culminó su día rompiéndole la cintura a Quique y provocando un penalti que terminó por sentenciar el encuentro.

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