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Solbes asegura que el Gobierno mantendra la política económica a toda costa

Javier Moreno

El medio centenar de importantes hombres de negocios españoles y extranjeros que asistieron ayer en Madrid a unas jornadas económicas tomaron buena nota de la firmeza del Ejecutivo español. "Suceda lo que suceda en el congreso del PSOE, la política económica se mantendrá", les aseguró Pedro Solbes, ministro de Economía y Hacienda, que no pertenece al partido socialista. Para redondear el clima. de confianza que pretendía lograr, el titular de Economía afirmó que ha tomado la decisión de acelerar los pagos pendientes de la Administración a la. empresa privada y adelantó que en el último trimestre de 1993 la economía mejoró ligeramente respecto al mismo periodo del año anterior.

El propio Solbes reconocí ó posteriormente que había ido demasiado lejos al declarar que mantendrá la política económica del Gobierno independientemente de los resultados del congreso del partido socialista."Mi afirmación ha sido excesivamente contundente", reconoció Solbes en una rueda de prensa tras pronunciar una conferencia en la sexta Mesa Redonda con el Gobierno español organizada. por el semanario británico The Economist.

"Lo que quise decir es que estoy convencido de que el congreso va a respaldar la política económica del Gobierno", matizó. La intención del ministro en su conferencia, sin embargo, era dejar bien claro que ningún sector del partido socialista, en referencia al guerrismo, frenará la reforma del mercado de trabajo, según fuentes del ministerio.

En este sentido, Solbes fue especialmente claro durante su exposición. "Demandas de modificaciones sin ningún tipo de racionalidad" no lograrán cambiar la posición del Gobierno, dijo el ministro para dejar sentado que el Ejecutivo no va a dejarse influir por la reciente huelga general. "La reforma laboral es absolutamente imprescindible", concluyó Solbes.

El ministro aprovechó la comparecencia ante este selecto grupo de empresarios internacionales para intentar crear un clima de confianza sugiriendo la idea de que la economía española está saliendo de la recesión en la que se encuentra.

Por ello, el ministro reveló que, según los datos de que dispone su departamento, el Producto Interior Bruto (PIB) del último trimestre se mantuvo "en equilibrio o fue positivo" respecto al mismo periodo del año anterior. De confirmarse este dato, sería la primera vez que la economía española no sufre un retroceso desde el último trimestre de 1992.

"He tomado la decisión de acelerar los pagos pendientes de la Administración a las empresas", reveló también el titular de Economía. La decisión, que servirá "para clarificar la situación" de las cuentas del Estado, provocará un aparente aumento del déficit en los primeros meses de 1994. "Vamos a asistir", añadió, "a una próxima polémica sobre el déficit". Solbes, sin embargo mantuvo el objetivo para 1994 en el 5,7% del PIB.

El ministro aprovechó la ocasión para proponer de nuevo una reflexión sobre el actual sistema de pensiones que, aseguró, "a largo plazo nos lleva a un callejón sin salida". La futura ley, que buscará equilibrar las pensiones públicas con los planes de pensiones privados, no se tramitará antes de 1995.

Ya por la tarde, el ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, coincidió con Solbes en que "la reforma laboral es apoyada íntegramente por el grupo parlamentario socialista y por la dirección del partido" que salga del próximo congreso.

El ministro de Trabajo ofreció algunos datos para demostrar la bondad de los nuevos contratos de aprendizaje y a tiempo parcial, dos de las figuras más polémicas de la reforma laboral que han llevado a la huelga general.

Grifián dijo que, desde principios de año, se están produciendo unos 1.500 contratos diarios a tiempo parcial, lo que en su opinión ilustra "la enorme aceptación que están teniendo". Según Trabajo, de estos contratos, más de un 50% son para mujeres.

Para los sindicatos, la cifra de contratos que ofrece Trabajo no es significativa, "en un país que registra anualmente 6 millones de contratos", según José María Fidalgo, de CC OO, y José María Zufiaur, de UGT. Ambos afirmaron que "el Gobierno va a incurrir en un suicidio político" si continúa con la reforma laboral.

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