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Dos niños dormían de madrugada en un bar mientras su madre bebía

A las cuatro de la madrugada de ayer, dos hermanos de cuatro y siete años dormían como marmotas en una mesa del bar Hermanos Miranda, en la plaza del General Maroto, junto a Legazpi. Con ellos se encontraban su madre, Isabel P. R., y una amiga de ésta, tomando una copa y con indicios de haber bebido algunas más. La escena, inusual a esas horas, alarmó a un cliente, un taxista, que avisó a la policía.Los agentes municipales recogieron a la madre y a los niños y los llevaron a su domicilio. A partir de estos hechos, la Comisión de Tutela del Menor de la Comunidad ha abierto una investigación sobre esta familia pira ver si es preciso tomar medidas de protección con los pequeños.

El mesón permanece abierto toda. la noche ofreciendo copas, refrescos y tentempiés. En él recalan transportistas, policías, barrenderos, taxistas y noctámbulos. Gente que vive de noche por necesidad o afición.

Jaime García, encargado nocturno del establecimiento, observó que hacia las dos de la madrugada entraban en el bar dos mujeres, una de ellas de unos cuarenta años, con sus dos hijos, un chaval de siete años y una niña de cuatro.

"Ellas mostraban un aspecto dejado, como si fueran toxicómanas; tampoco los chiquillos iban bien vestidos. Por ejemplo, el niño llevaba unas zapatillas deportivas sin calcetines, con el frío que hacía", explica. "La más joven había venido en otras ocasiones. Me solía pedir que le sirviese gratis un café; contaba que la habían echado de casa"

añade.

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"Me pidieron un sol y sombra [coñac y anís] y un whisky con coca-cola. Ésas fueron las únicas bebidas que tomaron mientras hablaban entre ellas en la barra. Se las veía un poquito colocadas, pero me abonaron las consumiciones sin pegas y en todo momento estuvieron correctas", insiste este hombre."Charlaban como si tuvieran algún problema", apostilla. "Los chavales, al principio, corrían por el local y jugaban con un payasito. Luego cayeron derrengados", relata. El grupo permaneció en el bar desde las dos de la madrugada hasta las cuatro. "Al ver a los críos dormidos, les dije: ,¿No será mejor que os vayáis a casa?". Ellas me contestaron que sí, que acababan la copa y se marchaban", concluye este empleado de hostelería.

Los agentes municipales llegaron hacia las 4.30, pidieron la documentación a las dos adultas y se llevaron en el coche patrulla a la madre y los dos pequeños. Antes avisaron al Grupo de Menores de la Policía (Grume) y a la Fiscalía de Menores. Los responsables institucionales comprobaron que los niños no sufrían ningún daño y que la vivienda se encontraba en perfecto estado. Decidieron que lo mejor era que se quedaran con su madre hasta conocer las circunstancias familiares.

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