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Su boda sólo la retrato yo

Únicamente cuatro de las 21 iglesias sondeadas por EL PAÍS permiten a los novios llevar al fotógrafo de su elección

El sacristán alargó una hoja de papel blanco a los dos periodistas que, camuflados de novios, intentaban casarse en la iglesia del Espíritu Santo, en la calle de Serrano: "Aquí los novios tienen que firmar esto aceptando las condiciones de la iglesia en cuanto a flores, música y fotos; la cantidad que se paga [45.000 pesetas] incluye el órgano y los gastos. Tenemos un fotógrafo exclusivo".-Pero es que tenemos un amigo que nos hará el reportaje.

-Si quieren traer su propio fotógrafo, tienen que buscarse otra iglesia. Y si es un familiar, debe de presentarse ante nosotros y acreditar su identidad.

-Pero la iglesia es la casa de todos, ¿no? -repuso la novia.

-No, señorita, mire, que llevo mucho tiempo tratando con ellos y es que se armaban muchos follones en el altar. Nuestros fotógrafos saben cuándo tienen que respetar la celebración.

Los novios insistieron, pero se marcharon con su hoja en la mano. No pueden elegir su propio fotógrafo, tendrán que fiarse del que les toque en suerte y aceptar el precio que se les asigne. Hoy día ya se puede elegir médico en la Seguridad Social, pero no fotógrafo en las iglesias. Ni en los salones de banquetes, que también tienen su profesional en exclusiva. Algunos novios han llegado a pagar al fotógrafo para que no vaya, y así confiar a quien ellos elijan un trabajo tan personal y valioso en los recuerdos.

Un periodista acudió a interesarse a una de las iglesias más famosas de Madrid, los Jerónimos, de espaldas al Museo del Prado. El hombre que le informó, de mediana edad, se lo puso difícil: "Tiene que venir el 1 de diciembre, muy, muy temprano, y guardar cola para apuntarse en la lista de espera del año que viene. Y ya hablaremos de condiciones".

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-Yo quiero traer un fotógrafo.

Al hombre se le mudó la expresión y, algo alterado, contestó bruscamente:

-Si tienes interés en casarte aquí te tiene que dar igual quién te haga las fotos. Aquí tenemos fotógrafos en exclusiva y no admitimos otros profesionales. Es algo que ordena el obispado.

Pero el obispado de Madrid no ha ordenado nada sobre los fotógrafos exclusivos en las iglesias, según un portavoz. Las 642 iglesias de su diócesis celebraron 13.636 bodas el año pasado. Otras 5.000 en el obispado de Getafe; más las parejas que se casan en la diócesis de Alcalá. Tan sólo se emitió hace varios años una nota orientando a las parejas. Según el canciller de la diócesis de Alcalá, estos consejos se dieron porque en ocasiones se reunían en el altar hasta siete y ocho fotógrafos captando imágenes.

La circular enviada por el arzobispado, cuando Madrid era una diócesis única, indicaba que era "conveniente" que en cada ceremonia -bodas, bautizos, comuniones- hubiese sólo un fotógrafo para evitar que se alterara el desarrollo de las celebraciones.

"Duras medidas"

"Están prohibidas las exclusivas", dijo textualmente un portavoz de la diócesis de Madrid. "En el caso de que se comprobase que algunos sacerdotes reciben una cuota por tener un fotógrafo oficial en el templo, se tomarían medidas, siempre que existan pruebas o un contrato por medio". "¿Qué medidas?", inquirió el periodista. "Duras", fue la única especificación. En Getafe no hicieron ningún comentario sobre ello.

Dos redactores de El País Madrid han sondeado 21 iglesias de los tres obispados de la Comunidad pretendiendo casarse y saber qué pasa con las exclusivas fotográficas. Sólo en cuatro de ellas (Santa Felicidad, en La Elipa; Santa Mónica, en Salamanca; Nuestra Señora de la Visitación, en Las Rozas, y San Fermín, en el barrio de San Fermín) podrían llevarse el fotógrafo que ellos quisieran. "Tan sólo espero que lo haga bien y que no interrumpa la ceremonia. Porque aquí no tenemos exclusivas como en otros sitios, porque eso no es legal", dijo el párroco de San Fermín al novio. El sacerdote comentó que existen iglesias que contratan a fotógrafos en exclusiva porque reciben a cambio alguna cantidad.

El cura de San Antonio de la Florida no habló de exclusivas, pero, no obstante, "aconsejó" que se contratase a los fotógrafos de la parroquia por ser los profesionales que más dominan los momentos de la ceremonia.

En tres más (Santa Cristina, en Aluche; Jesús de Nazaret, en Manoteras, y San Gabriel, en Arganda del Rey), al fotógrafo de la iglesia se le podía sumar otro profesional. Es decir, a los novios se les impone el fotógrafo de la iglesia, aunque no en exclusiva. En San José Obrero (San Blas) y Nuestra Señora del Carmen (Tetuán) permiten un segundo fotógrafo profesional si coincide que es un familiar o un amigo que va a la boda. "Pero que no nos engañen con otros profesionales porque eso siempre lo notan nuestros fotógrafos", indicaron.

En el resto, la negativa fue rotunda. "Lo siento, tenemos un fotógrafo", decían en los despachos de San Juan de la Cruz (Chamartín), Buen Suceso (Argüelles), San Francisco de Asís (Vallecas), La Magistral (Alcalá de Henares), Nuestra Señora de la Magdalena (Getafe), San José (Centro), Jesús de Medinaceli (Centro), basílica de Atocha (Retiro), San Ginés (Centro) y San Francisco el Grande (Centro). Sumadas a las del Espíritu Santo y los Jerónimos, son 12 las iglesias donde imponen un fotógrafo en exclusiva.

Uno de los dos profesionales que trabaja en la iglesia del Espíritu Santo, Juan Antonio Sancho, asegura, pese a lo informado a los periodistas en el templo, que hay veces que no hace las bo das en esa iglesia. "Yo soy el fotógrafo recomendado de allí y lo que hago a cambio es poner unos focos o contribuir a hacer mejoras en el templo", dijo Sancho, quien es además el presidente de la Asociación de Fotógrafos Profesionales en Madrid. "Estoy en contra de las exclusivas".

El estudio Goldfilm trabaja desde hace 10 años en la iglesia de San Francisco de Asís, en Vallecas. El encargado reconoce que trabajan en exclusiva en el templo, aunque "hay que entenderlo como un servicio que se da a la iglesia y a los feligreses", dijo el responsable, quien reconoció que a cambio de trabajar en la iglesia dan una ayuda de 15.000 a 20.000 pesetas al mes.

Un gesto serio

Luego llega el banquete, y la pelea es idéntica:

"Nooo, nooo, fotógrafo, no. Absolutamente", responde, cortante, el trajeado empleado del salón de bodas Lord Winston, tras consultar en el ordenador y poner encima de la mesa un grueso catálogo que ofrece 20 menús distintos para que los invitados a la boda disfruten en 20 salones en todo Madrid.

-Pero queremos que un amigo nos haga las fotografías -protesta la pareja de redactores de EL PAÍS, sentados enfrente.

-Si es un profesional, no, el maître es capaz de echarle a patadas y no servir la boda.

-Pero, ¿tienen la exclusiva con un fotógrafo?

-No -responde el hombre, que sólo se ha puesto serio en este momento-, es que es un socio de la casa. Lo bueno es que no hay un número mínimo de fotografías. Si quiere una, una; si quiere 20, 20. A 1.100 pesetas cada una.

Hasta el momento, todo han sido facilidades: alguien mostró a los novios los cuatro salones en los que hay mucha silla de tubo dorada, espejos ahumados y arañas luminosas que cuelgan del techo.

De Torres (tres salones en Madrid), Oma (15), Orfeo (2) Lady Diana (4), Independent (2) y La Ostrería tienen también fotógrafos exclusivos para captar las primeras horas de los recién casados. En Orfeo y Oma concedían, si acaso, un acuerdo: si las fotos las hace el fotógrafo de los novios, el vídeo lo graba el profesional del salón.

"Los restaurantes venden las exclusivas a estudios que pagan una cuota anual", explicó uno de los fotógrafos a un novio-periodista. Otro profesional reconoció que se pueden pagar entre 60 y 90 millones al año a una empresa por conseguir las exclusivas.

Un informe realizado recientemente por la Subdirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid sobre los salones de bodas halló que la inmensa mayoría de los locales que visitaron (25 de 28) incluía en sus folletos mensajes sobre la exclusividad de las fotografías. Ello, según Consumo, puede infringir la Ley de la Defensa de la Competencia, que regula la prohibición de acuerdos o prácticas que puedan impedir o restringir la competencia.

Bien distinta es la visión de los implicados. "Hombre, si a tu fotógrafo no le das trabajo, nunca se quedará, por eso no permitimos que entren otros". Otro gerente adujo una razón más sofisticada: "Yo alquilo el local, pero no su imagen". La Asociación de Empresarios de Hostelería echó el balón fuera: "Eso es tema de cada casa".

El obispado de Madrid prohíbe las exclusivas eclesiásticas; el subdirector regional de Consumo, Miguel Conde, censura estas prácticas en iglesias y salones de banquetes, y José Manuel Nebot, presidente de una asociación profesional nacional, dice que la solución es que cada fotógrafo, el de los novios, pague un canon a la iglesia en la que trabaje.

Pese a todas estas voces, miles de parejas pasan por algún disgusto en el día más feliz.

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