_
_
_
_
_

El Consorcio Madrid 92 no encontró la financiación esperada para el concierto

Javier Casqueiro

VIENE DE LA PÁGINA 1

El concierto de Amnistía Internacional para Madrid 92 nunca se celebró pero costó exactamente 20.350.000 pesetas.

Las explicaciones para que aquel acontecimiento se frutrase son múltiples.

Los organizadores de los actos previstos con motivo de la capitalidad cultural europea no sólo dejaron coja la programación en lo referente a los requerimientos musicales de la gente más joven sino que no fueron capaces tampoco de cumplir su compromiso político con Amnistía Internacional (Al).

Esta entidad pretendía reivindicar, con aquel concierto, la liberación de la premio nobel de la paz de 1991 Aung San Sun Kyi, arrestada en su domicilio desde hace cinco años pese a ser la líder del partido político que ganó las elecciones en La Unión de Myanmar (antigua Birmania) en 1990.

El macrorrecital no prosperó, según distintas fuentes, porque su presupuesto alcanzó tal proporción -unos 400 millones de pesetas- que ninguna televisión mundial aceptó financiarlo, porque los promotores también se echaron atrás (Dorna) y porque al estadio Vicente Calderón -donde se pensaba celebrar- se le descubrió en esas fechas aluminosis, una enfermedad del cemento en sus gradas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

La dirección del consorcio de la capitalidad desechó el proyecto, en la primavera de 1992, porque no lo veía claro ante tantos inconvenientes como se presentaban.

A recuperar con beneficios

Los 20 millones invertidos en la preparación de este festival iban a recuperarse con los beneficios previstos.

Amnistía Internacional, además, había negociado que se quedaría con un fijo de dos millones de dólares de esos beneficios (venta de localidad, eventuales retransmisiones o grabaciones ... ). Nada de esto sucedió.

El máximo responsable del consorcio durante la capitalidad, Pablo López de Osaba, ya no concede declaraciones. El pasado mes de abril abandonó su puesto, por el que cobraba 12 millones de pesetas al año (8,5 en nómina y el resto en dietas), y ahora ocupa un alto cargo en la entidad financiera Cajamadrid.

Esta caja fue precisamente la que, con 1.000 millones de pesetas, patrocinó en mayor medida la capitalidad cultural madrileña.

El presidente de Cajamadrid, Jaime Terceiro, y López de Osaba se conocen desde hace años. Ambos coincidieron en la Universidad de Múnich, estudiando distintos masters: López de Osaba de arte y Terceiro de economía.

Un portavoz oficial de Cajamadrid se negó a facilitar la cantidad de dinero por la que López de Osaba ha sido contratado como director de la sala Retiro y responsable de los productos Serviarte y Servijoya. "Ésta es una empresa privada y no tenemos por qué informar sobre esos asuntos", indicó esta fuente oficial.

El fichaje de López de Osaba por Cajamadrid se fraguó antes del verano, el 19 de julio, cuando Terceiro lo planteó en una reunión del consejo de administración de la entidad dentro de una reorganización más amplia del organigrama del banco.

La incorporación a su nuevo puesto, sin embargo, se acaba de producir este mes.

Servicios inexistentes

Pablo López de Osaba será ahora el responsable de dos nuevos productos de Cajamadrid que también tienen que ver, indirectamente, con el arte. Serviarte y Servijoya son dos servicios copiados de otras cajas importantes en el mundo (Caissa di Risparmio de Roma, Banca del Monte de Milán,

acional Monte de Piedad de Ciudad de México y Doroteum de Viena) actualmente inexistentes en España.Cajamadrid admitirá como aval, a través de estos servicios, cuadros, objetos artísticos, joyas, para conceder hipotecas o créditos.

Si el cliente no cubre posteriormente el crédito, la entidad se queda con el objeto para subastarlo. López de Osaba evaluará la calidad y el precio de estas prendas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_