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1.700 familias de Tetuán viven en casuchas por el retraso de la Comunidad en alojarles

Viven a la sombra del fantasma de las Torres de KIO. Pero los vecinos que habitan chabolas y pisos destartalados de La Ventilla, en pleno Tetuán, se sienten muy lejos de la modernidad. El Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), de la Comunidad, debía realojar a 2.344 familías para 1987. Seis años después, sólo 629 tienen una vivienda digna. La intención oficial es acabar la remodelación en 1997. El barrio espera escéptico.

La Castellana discurre a escasos metros. Pero en La Ventilla y Valdeacederas todavía que dan las chabolas y corralizas del Chorrillo, los pisos de 30 metros cuadrados de superficie y dos de altura del poblado de absorción y otras viviendas más amplias, pero llenas de grietas, en el borde norte. En ellas malviven 1.700 familias, indignadas porque los plazos no se cumplen. Sólo hay 291 pisos en construcción. Josefa Laguía, de 58 años, vive con su marido, sus dos hijos y su hermana en una casa baja de menos de 30 metros cuadirados en la calle de Emilia. El retrete lo comparten con otras cuatro familias. La suya es una de las 753 casetas de pro piedad privada sometidas a ex propiación forzosa. El acuerdo del Ivima es llegar a un justiprecio con los propietarios -lo que ocasiona largos procesos judiciales- y realojar a quienes las habiten.

El piso de Francisco Lumbreras, de 80 años, y su esposa, de 77, en el número 95 de Vía Límite es espacioso. Pero el bloque está apuntalado desde hace años porque en él salen peligrosas grietas. La remodelación de este barrio, con numerosos chamizos de planta baja, se ha descrito siempre como un auténtico encaje de bolillos. Las nuevas casas hay que construirlas derribando las viejas, porque apenas hay solares libres.

Santiago de la Fuente, director de la oficina de Tetuán del Ivima, explica la lentitud de La Ventilla, "porque, al no haber solares, para conseguir terrenos tenemos que tirar numerosas casas -753 expropiables y 1.591 de titularidad pública-, con lo que se acumulan los expedientes". "En otros barrios, como Palomeras, con mucho suelo libre, podíamos construir de golpe 5.000 pisos y los vecinos no tenían que abandonar sus viejas viviendas hasta que estuvieran finalizadas las nuevas", añade.

"En La Ventilla nos vemos obligados a ir poco a poco, con fases provisionales en prefabricados y casas reformadas", asegura De la Fuente. "Primero se traslada a los vecinos que ocupan terrenos amplios y a aquellos que habitan fincas en ruina inminente", concluye.

Algunos sectores vecinales, como el colectivo Tetuán-La Ventilla, consideran que, a pesar de la aducida falta de suelo, "existen solares vacíos que llevan cinco años sin edificar".

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'Sankis' permanentes

Medio centenar de familias fueron trasladadas "temporalmente" a sankis en la plaza de Castilla y en la calle del Capitán Blanco Argibay. Los prefabricados debían desmontarse pero siguen ahí. Sus ocupantes llevan en ellos más de dos años, aunque se fueron con la promesa de que sólo permanecerían unos meses. "Llevo cinco años, cuatro meses y cinco pulmonías en estos prefabricados", asegura una anciana de 72 años.

En los números 1 y 3 de la calle Diagonal hay un bloque medio abandonado. Siete familias se resisten a la piqueta. El Ivima intentó desalojarlos por ruina inminente hace dos años, pero varios de los que se vieron obligados a trasladarse a prefabricados se negaron a irse. Algo que no se entiende en el barrio es por qué buena parte de los vecinos realojados carecen de contrato en sus viviendas y no pagan un duro. Los procedimientos para la adjudicación de pisos son también una fuente de continua polémica.

Curtidos en la gran vía

La zona más deprimida del barrio será su arteria principal en el futuro. Sobre la vaguada que recorre la calle de Curtidos, ahora ocupada por un poblachón de casetas, se trazará la principal vía de la zona: la avenida de Asturias.Con unos 60 metros de anchura, su objetivo es unir el populoso barrio del Pilar con la plaza de Castilla y abrir a la ciudad las callejas de Valdeacederas y Ventilla. Los planes urbanísticos de Madrid prevén su construcción desde 1946. Irá bordeada por una zona de oficinas y comercios y a su vereda se edificarán los equipamientos previstos

Tras la remodelación, Tetuán-Ventilla contará con una 4.400 viviendas públicas -2.344 para los vecinos incluidos en el realojamiento y el resto con una finalidad aún sin especificar- según el Ivima. Estas obras de Ventilla-Valdeacederas se incluyen en el Plan de 30 Barrios en Remodelación de 1979. El programa suponía la construcción de 38.450 viviendas públicas. La inmensa mayoría están ya concluidas, en zonas como Palomeras, el Pozo del Tío Raimundo, Orcasitas o Pan Bendito. Ventilla es, junto con Almendrales, en Usera, y una parte de Carabanchel, la asignatura pendiente.

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