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¿Era necesario el ataque?

Es fácil reconocer las presiones que condujeron al presidente Clinton a ordenar el ataque contra una central de espionaje en el centro de Bagdad. ( ... ) Cualquier presidente tiene el deber de utilizar la fuerza militar para proteger los intereses de su país, especialmente si un Gobierno extranjero utiliza el asesinato para intimidar a nuestros líderes. ( ... )Pero hay otra razón para que la Administración decida una acción de este tipo. Siempre que un gobernante con problemas en su país emprende una dramática acción militar debe estar preparado para enfrentarse a cuestiones sobre si la acción se llevó a cabopara distraer la atención pública y reforzar el apoyo del presidente.

La razón fundamental del ataque fue, según Clinton, la "evidencia" de la conexión del servicio de espionaje iraquí con el compló para asesinar a George Bush el pasado abril. El Gobierno todavía tiene que demostrar que el golpe por golpe era la respuesta correcta, especialmente porque 23 misiles Tomahawk mataron a civiles inocentes cuya única conexión con Sadam es la desgracia de vivir bajo su tiránico poder ( ... ).

Es de esperar que la respuesta de Bill Clinton fuera la correcta. Pero para decidirlo, basándose en los hechos tal y como son, se necesita un acto de fe y no hacer uso del cinismo político. Y hay una forma de obviar la fe y el cinismo: hacer caso de las pruebas antes que de las afirmaciones de los políticos que dicen que las tienen.

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