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NECROLÓGICAS

Santiago Varela, catedrático y subsecretario de Interior

Javier Solana

Santiago Varela Díaz, de 45 años, catedrático de Derecho Político y subsecretario del Ministerio del Interior, falleció ayer por la tarde en la madrileña clínica de La Concepción a consecuencia de una septicema que le sobrevino tras un derrame cerebral sufrido el pasado 2 de mayo. Santiago Varela había nacido en Madrid en 1948. Estudió bachillerato en el colegio de los Sagrados Corazones. Después, ingresó en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, donde siguió los cursos de doctorado. Obtuvo premio extraordinario fin de carrera por su tesis sobre Partidos y Parlamento en la Segunda República. Su labor intelectual se orientó a partir de entonces hacia el Derecho Político. Becario de la Fundación Juan March, perteneció al cuadro académico de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y opositó con éxito a la cátedra de Derecho Político de Santiago de Compostela. Miembro del patronato de la Fundación José Ortega y Gasset, Santiago Varela fue asimismo letrado en el primer Tribunal Constitucional. En 1985 se incorporó a la oficina del Portavoz del Gobierno, como secretario general, bajo las órdenes de Javier Solana. En 1988 fue designado subsecretario del Ministerio del Interior.

Hace pocos días, en esta misma pagina, recordaba Santiago Varela la dimensión humana, el ejemplo personal y la trayectoria política de Pilar Brabo. Lo hacía ya desde su enfermedad, acumulando las fuerzas necesarias que sólo pueden extraerse de la propia generosidad. Ésa era la cualidad principal del amigo entrañable que acaba de dejarnos, la que ponía por encima de la propia inteligencia, la que le permitía sobreponerse a las distintas tentaciones del escepticismo.Santiago perteneció a esa generación que en la segunda mitad de los sesenta hizo de la lucha contra la dictadura y por la recuperación de las libertades el referente básico de su impulso ético y de su compromiso político. Por eso mismo se orientó profesionalmente- hacia la enseñanza en el campo del derecho constitucional, cuya cátedra obtuvo en la Universidad de Santiago de Compostela. Letrado del Tribunal Constitucional, se incorporó de manera activa al proyecto político puesto en marcha en 1982, a partir de 1985 como secretario general de la Oficina del Portavoz del Gobierno y posteriormente como subsecretario del Ministerio del Interior, cargo que ocupaba en el momento de su fallecimiento.

Ha muerto Santiago precisamente en la mañana posterior a la celebración de las elecciones generales, unas elecciones a cuya preparación constribuyó decisivamente hasta que su enfermedad se lo impidió. Quienes hemos podido acompañarle estos días sabemos cómo nunca dejó de considerarse responsable activo de su buena organización.

Habiéndole considerado un entrañable amigo, con cuya colaboración conté en una de sus responsabilidades políticas, quiero reservar la emoción para un ámbito personal más íntimo, pero no puedo dejar de señalar que se hubiera sentido muy orgulloso de la hermosa lección de ejercicio cívico y de participación ciudadana que dio ayer la sociedad española, y habría reafirmado su ilusión en un proyecto revalidado y revitalizado, a cuyo desarrollo habría seguido contribuyendo desde la independencia que siempre mantuvo.

La mejor manera de recordarle será llevar adelante ese proyecto con la tolerancia y diálogo que siempre conformaron su personalidad profundamente liberal y también con la solidaridad que le llevó a incorporarse a un compromiso de progreso para el conjunto de nuestra sociedad.

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