_
_
_
_

El Manchester vuelve a ser campeón más de un cuarto de siglo después

El Manchester United se ha proclamado campeón de la Liga inglesa después de una sequía que ha durado más de un cuarto de siglo. La euforia se ha apoderado de la ciudad inglesa que, de rebote, da más relieve a su candidatura a los Juegos Olímpicos del año 2000. Los que estuvieron en el campo de Old Trafford para celebrar el último título de liga ganado en 1967 han visto crecer a hijos e incluso nietos que jamás han visto como campeón al equipo.

Y ha resultado muy duro, porque el Manchester, junto al Tottenham, es el más carismático del país. Ha sido como si el Ajax en Holanda o el Anderlecht en Bélgica hubiesen sufrido una abstinencia de 26 años. Ha duplicado las urgencias históricas del Barcelona multiplicado por cinco el frenesí actual del Real Madrid.En Manchester admiten que las presiones soportadas por los jugadores han sido terribles. Miembros de aquel gran equipo, como Nobby Stiles o Brian Kidd, han pasado cada día por el vestuario. Bobby CharIton es también directivo. La sombra del pasado es larga y acaba cubriendo a todos. Pero el cariño de la gente es inquebrantable e incluso agobiante. Hace un año, los rojos parecían tener el título en el bolsillo pero el Leeds, gracias a ganar uno de los seis partidos jugados en abril, marcando -cuatro goles, se llevó la Liga.

La locura colectiva en las calles y en el último partido casero de la temporada frente al Blackburn representó el masivo suspiro de un club que se quita un inmenso peso de encima. Año tras año las aproximaciones al éxito, el sufrimiento y hasta el descenso a Segunda División cayeron como latigazos del destino. Bajo Ron Atkinson, por ejemplo, el Manchester comenzó la campaña 1985-86 ganando diez partidos consecutivos. Acabó cuarto. Un año después, Atkinson fue cesado con el equipo en zona de descenso y llegó el escocés Alex Ferguson.

El ex entrenador del Aberdeen ha pasado seis años y medio mezclando decepciones ligueras con éxitos coperos que le han salvado por los pelos.

A mediados de noviembre el United ocupaba el décimo puesto con cinco victorias en 15 partidos. Pero lo que más le preocupaba a Ferguson era la cifra de 14 goles. Sólo tres equipos habían marcado menos y la eliminación en la primera ronda de la Copa de la UEFA se debió a la incapacidad de marcar un solo gol al modesto Torpedo de Moscú en tres horas y media de fútbol.

Pero un cúmulo de circunstancias propició una racha de 17 victorias, seis empates y tan sólo dos derrotas. En primer lugar, ha sido una liga que nadie parecía querer ganar. Los favoritos -el Arsenal, el Liverpool, el Leeds- han fracasado rotundamente. En segundo lugar el Aston Villa de Ron Atkinson pulsó la tecla de autodestrucción como los rojos lo habían hecho en la temporada anterior. Incluso acabó perdiendo el partido decisivo en su propia casa, 0-1, ante el Oldham.

Cantona, clave

Y en tercer lugar, llegó Cantona. Ferguson ya conversó con el francés antes de su fichaje por el Leeds y en diciembre pasado convenció a Howard Wilkinson que se lo vendiera. No es un portento en el sprint, pero tiene chispa, carisma y es imprevisible. Además, su presencia le permitió a Ferguson una serie de permutas en el juego ofensivo. Fue clave.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_