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Los estudiantes españoles, con los alemanes e italianos, los que más utilizan las becas de la CE

Los estudiantes españoles son los que más utilizan, después de los alemanes e italianos, las becas para acudir a universidades de otros países de la CE dentro del programa Erasmus. Según estimaciones sobre el curso 1992-93, de la oferta comunitaria destinada a España es aprovechado el 71%, mientras la media europea se situa en el 65%, los países más solicitados por los españoles son Francia, Reino Unido, Italia y Alemania. Y las disciplinas de mayor movimiento son las ciencias empresariales y las lenguas. Medicina y ciencias de la educación prácticamente no viajan.

Francia sólo utiliza un 65,7% de su programa, y Portugal. no alcanza el 50%, mientras alemanes e italianos, que se sitúan a la cabeza, aprovechan sus posibilidades en un 74% y un 73,6%, respectivamente.

La infrautilización del programa comunitario se debe a dos razones principales: las dificultades que interponen algunas universidades de origen para convalidar los estudios cursados en el extranjero y la falta de viviendas para acoger a los estudiantes, ya que la beca sólo cubre un coste añadido o diferencia entre el nivel de vida que el estudiante tendría en su país y el que encuentra en el de destino. A estas dos razones se añade Ia falta de hábito de movilidad por parte de los alumnos y de sus propias familias, que a veces se oponen a que sus hijos viajen al extranjero", explica Ana Crespo, directora general de Enseñanza Superior del Ministerio de Educación y Ciencia. "Que España se clasifique entre los tres primeros países de participación es un auténtico logro si contamos con esa falta de tradición de movilidad, incluso en el interior de nuestro propio país".

Seis meses fuera

Erasmus nació en el seno de la CE en 1987. El entonces comisario para Asuntos Sociales y Educación, Manuel Marín, trabajó duro en este proyecto que posibilita que un 10% de los estudiantes de enseñanza superior europeos cursen cada año estudios, durante una media de seis meses, en universidades de los Doce. Cuando el programa alcance su objetivo máximo, serán 200.000 los estudiantes que se desplazarán cada año por Europa.

Desde el curso 1992-93, los siete países de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) se han sumado a este programa comunitario. Son los departamentos universitarios los que realizan los proyectos de intercambio de sus alumnos y una agencia nacional Erasmus la que concede la beca a partir de la financiación de la CE. Las previsiones para el curso 1993-94, aprobadas por la Comisión de las Comunidades Europeas en la primera semana de abril, cuentan con una oferta total para 103.886 estudiantes y una financiación de 97,5 millones de ecus (unos 1.3.650 millones de pesetas).

En el curso 1990-91 estas cifras ascendían a 42.617 estudiantes y 52,9 millones de ecus. Y en el presente, a 81.694 estudiantes y 92,2 millones de ecus. La participación española se ha duplicado en tres años. El próximo curso, serán 10.927 los españoles que podrán acceder a una beca y 10.500 los extranjeros que pueden venir a España.

Optimista por resultados, Ana Crespo manifiesta que "tendremos que participar cada vez más. Hacer más pro puestas. La mayoría de los pro gramas interuniversitarios de cooperación (PIC) que propone España se acaban financiando y tendremos que llegar a ha cer el doble de solicitudes para llegar a conseguir la mitad de concesiones".

Faltan residencias

Los Gobiernos español y francés fueron los primeros en ofrecer a sus alumnos una beca complementaria con el fin de paliar las limitaciones económicas de Erasmus. En la actualidad, la mayoría de los Doce proceden a complementar las becas Erasmus. En cuanto a la falta de residencias estudiantiles, algunas corporaciones locales, comunidades autónomas y universidades han comenzado ya a colaborar en su financiación. "La importancia que representa para los jóvenes europeos la movilidad exige, asimismo, un apoyo por parte de la sociedad y empresas", afirma Ana Crespo.

El programa Erasmus dedica el 80% de su presupuesto a la movilidad estudiantil y el 20% restante a la movilidad de profesores que organicen los intercambios con departamentos de otras universidades, a una red de información y a otras acciones diversas como la Europ Credit Transfer System (ECTS), que ha comenzado a funcionar entre universidades de tradición en intercambios para facilitar la validez y convalidación de los créditos o asignaturas cursadas por los estudiantes en el extranjero. Cada vez más, las universidades españolas están aplicando un sistemas de convalidaciones.

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