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Madrid tiene al menos 10 terminales de autobuses, pero sólo una estación pública

El 60% de los usuarios de transporte interurbano viaja en autobús, según datos recientes del Instituto Nacional de Estadística, pero la capital sólo dispone desde 1971 de una estación, la de Palos de la Frontera, por donde pasan 30.000 personas a diario. Hace seis años que los vecinos de la estación Sur, en la calle de Canarias, esperan que se trasladen a la zona de Méndez Álvaro los 1.100 vehículos que pasan diariamente por allí. A falta de instalaciones adecuadas, las empresas de transporte dejan a sus clientes en al menos 10 puntos de la ciudad, en garajes o en plena calle.

El Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid han tenido tres conatos de convenio para construir una nueva estación en la zona de Méndez Álvaro. El municipio aportaba los terrenos y la Administración autónoma el dinero para llevar a cabo el proyecto: unos 3.000 millones de pesetas.Las parcelas de propiedad municipal colindantes con la proyectada estación hace mucho que fueron subastadas y sólo quedan tres por vender. Las superficies comerciales que iban a completar el proyecto urbanístico ya están inauguradas, pero ninguna de las dos administraciones implicadas tiene presupuesto para construir la estación.

Finalmente se ha optado por recurrir a la empresa privada para financiar el proyecto y el concejal de Urbanismo, José Ignacio Echeverría, espera sacar a concurso la obra antes del verano. El suelo que quede libre en la estación antigua se destinará a zona verde, según Echeverría, para compensar a los vecinos del barrio de las incomodidades sufridas.

Atascos

La ciudad cuenta con una flota de unos 4.000 autocares, a los que se añaden otros muchos que provienen de fuera de la capital. Sólo los desplazamientos interurbanos dentro de la Comunidad de Madrid suman más de 450.000 viajes diarios. Si se construyesen estaciones en las salidas de las carreteras nacionales se evitarían los humos de al menos 1.000 autocares, según la Concejalía de Circulación.

Uno de los puntos donde los autobuses de línea complican más la circulación es en la calle de Alenza, una vía de sentido único junto a la glorieta de Cuatro Caminos. La empresa Continental Auto tiene allí su terminal desde los años treinta. Autobuses, taxis y coches particulares colapsan esta calle, por donde pasan una media de 2.500 pasajeros al día que vienen o van al norte de la Península. La empresa baraja dos posibles soluciones para trasladar esta terminal. Por un lado permutar los terrenos de Alenza por otros de propiedad municipal en la zona de Fuencarral, o bien utilizar unas naves que Continental tiene al final de la calle de López de Hoyos, junto a la M-30.

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La misma compañía da servicio a diario a 28.000 usuarios de la línea del corredor del Henares en la avenida de América. Estas instalaciones necesitan una remodelación pero, según la empresa, llevan dos años esperando que el Ayuntamiento conceda las licencias de obra necesarias.

Los empresarios de transporte de viajeros por carretera llegan a plantearse si el solar de Méndez Álvaro sigue siendo un lugar idóneo para levantar una gran terminal de autobuses.

Alternativa 'desfasada'

"La zona ha sufrido una gran transformación con la construcción de centros comerciales y edificios de oficinas; ha aumentado muchísimo el tráfico", señala el director de Fenebus (Federación Nacional Empresarial de Transporte en Autobús), José Luis Pertierra. "De ahí que se ponga en duda que sea el mejor sitio para instalar una estación con gran volumen", explica. Echeverría replica que "estaría encantado" si alguien. le convenciese de que existe un terreno municipal más adecuado para emplazar la tan esperada estación. "Así podría vender el de Méndez Álvaro", añade.

El presidente de ASINTRA -la otra gran patronal del sector-, Gerardo Díaz, se inclina por las terminales privadas a la americana: grandes explanadas con mínimas instalaciones, sencillas y baratas. Eso sí, se deberían construir varias en las afueras de la ciudad bien comunicadas entre sí y con el centro urbano mediante el metro.

El edil de Urbanismo hace referencia a otra estación de autobuses en la zona de Chamartín proyectada también hace seis años, pero que tampoco ha salido fuera del papel. La futura terminal se ejecutaría al mismo tiempo que- la primera fase de remodelación de Chamartín, es decir, que no se cuenta con ella antes de 1996.

Surrealismo legal

Para la estación de autobuses de Palos de la Frontera, como le sucede al Sombrerero de Alicia en el País de las Maravillas, es siempre la hora del té. El Tiempo se peleó con el chiflado personaje de Lewis Carroll a raíz de una canción, mientras que la Estación Sur lo hizo por una cláusula del contrato de concesión. "La solución legal es un asunto para tesis doctoral", diagnostica el director de Servicios de Transportes del Ayuntamiento, José Manuel Pradillo.La empresa concesionaria de la Estación Sur de Autobuses de Madrid (ESAMSA) lleva gestionando el recinto 22 años, o ninguno, según se mire. El pliego de condiciones especificaba que la concesión se otorgaba por 50 años, pero empezarían a contar cuando se construyese tina segunda fase de la estación, que nunca se hizo realidad. ESAMSA cobra los cánones a las empresas radicadas en la estación desde que se inauguró en 1971, pero la cláusula tampoco permitía revisar las tarifas que la empresa cobra a los transportistas por utilizar sus instalaciones. A mediados del año pasado la Consejería de Transportes de la Comunidad de Madrid autorizó a ESAMSA a incrementar sus tasas para acometer alguna reforma en la Estación Sur, según fuentes de la propia empresa concesionaria.

La inexistente segunda fase incluía una zona comercial, oficinas, una ampliación de las dársenas y hasta un hotel. Se expropiaron unas viviendas situadas junto a la estación y los afectados reclamaron hasta que el Tribunal Supremo ratificó la legalidad de la expropiación. Sin embargo, los vecinos siguen viviendo en sus casas.

Ahora ya nadie se plantea ampliar una estación de autobuses que se ha quedado obsoleta y complica terriblemente el tráfico de la zona, de modo que, según la ley, ESAMSA tiene derecho a explotar la estación indefinidamente. Pero con el traslado de la Estación Sur a la zona de Méndez Álvaro el problema se agudizaría, pues la Administración debería compensar a ESAMSA. Aunque la terminal acumula ya un notable retraso, el Ayuntamiento aún no ha llegado a un acuerdo con la empresa concesionaria, que declara no tener opinión sobre el traslado de la estación por no disponer de información oficial al respecto. Los convidados al eterno té del Sombrerero iban cambiando de sitio a medida que ensuciaban las tazas y si ninguna Reina de Corazones pone orden, ni la empresa podrá limpiar los cubiertos ni los vecinos perder de vista a la estación surrealista.

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