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102 países se comprometen en Holanda a prevenir la malaria

Isabel Ferrer

La conferencia ministerial sobre la malaria, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), adoptó ayer por unanimidad la Declaración de Amsterdam. Dicho documento describe los estragos causados por la enfermedad y muestra las formas de combatirla, reconociendo que su erradicación resulta aún imposible. Cuatrocientos representantes de 102 países, entre ellos 55 ministros de Sanidad, se comprometieron a canalizar mejor sus recursos y a promover la cooperación científica, técnica y tecnológica entre el Norte y el Sur.

La propia OMS se encargará de apoyar la formación de expertos y supervisará las medidas destinadas a frenar la virulencia de un mal que afecta casi a la mitad de la población mundial y ocasiona pérdidas anuales de 2.000 millones de dólares (más de 200.000 millones de pesetas).

La inclusión o no en la declaración del control sobre los mosquitos transmisores del paludismo quebró durante la mañana la armonía del encuentro. Estados Unidos y el Reino Unido mantuvieron el carácter regional de dicho problema (hay países donde el flujo de personas ya infectadas constituye la principal fuente de contagio).

En África, por el contrario, la dolencia es endémica y sus representantes dijeron que los insectos que la inoculan no pueden disociarse de la lucha. Al final se impuso el espíritu "global de la nueva estrategia de control" propuesta por la OMS. El párrafo no desapareció de la declaración, y se mantiene junto a la profiláxis en sus planes preventivos.

Dos millones de muertos

Este nuevo proyecto de lucha contra la malaria (1993-2000) señala dos objetivos primordiales. Trata, por un lado, de lograr que el 90% de los 95 países palúdicos hayan puesto en práctica en 1997 programas para combatirlo.Por otro, espera que los índices de mortandad se reduzcan el próximo siglo en un 20% con respecto a los previstos para 1995, en el 75% de las zonas afectadas. Este año se esperan alrededor de dos millones de muertos.

La financiación de este programa mundial también separó a los países industrializados de los receptores en vías de desarrollo. La declaración final evitó cualquier referencia a "fondos adicionales", pero todos los firmantes se comprometieron a efectuar mayores desembolsos que los actuales, lo que aliviará situaciones como las padecidas, por ejemplo, en India, Pakistán y Sri Lanka, donde la enfermedad se suma a los problemas políticos y sociales.

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