_
_
_
_

Una oportunidad malgastada

Hace dos años y medio, Fernando Collor de Mello se convirtió en el primer presidente elegido democráticamente en Brasil desde hacía 30 años. Llegó al poder en parte por la fortaleza de su promesa de acabar con la endémica corrupción en la vida política del país. Ofreció la expectativa de regenerar la vida política brasileña. Hoy, dicha expectativa yace en ruinas: Collor, acusado de corrupción, quizá se enfrente a una humillante acusación del Congreso a menos que dimita. (...)Nada de lo que haga para intentar mantener su poder le servirá para recobrar la confianza que ha perdido. Si permanece en el cargo -su mandato finaliza en marzo de 1995-, se convertirá inevitablemente en una persona incapaz, (...) en un momento en que se necesita una fuerte reforma fiscal y política. (...) Insistiendo en mantenerse al frente del Gobierno, Fernando Collor de Mello podría también desviar la atención de lo que de otra manera sería el tema central de la política en los próximos meses: la reforma de la Constitución de 1988, que ha hecho virtualmente ingobernable el país.(...)

(...) Mientras tanto, la importancia de preservar el orden constitucional en Brasil es esencial. El presidente ha malgastado, por debilidad o avaricia, una gran oportunidad de servir a su país. Ahora podría servirle mejor dimitiendo y permitiendo una cesión constitucional del poder.

, 26 de, agosto.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_