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La Empresa Nacional Santa Bárbara trabaja sólo a la cuarta parte de su capacidad por falta de contratos

Los 234 trabajadores de la planta que el mayor fabricante de armas de España, la Empresa Nacional Santa Bárbara, posee en Valladolid pasan la mayor parte de su tiempo de trabajo con los brazos cruzados. El índice de ocupación tan sólo alcanza el 1,2%, según UGT. El de todo el grupo Santa Bárbara, que cuenta con 3.724 empleados, es más elevado: el 23,1%. Las pérdidas, crecientes en los últimos años, sumaron 22.160 millones en 1991.

El principal cliente de Santa Bárbara es el Ministerio de Defensa, que absorbe más del 80% de las ventas de la empresa. Éstas no consiguieron en 1991 ni siquiera superar las pérdidas: se quedaron en 17.106 millones de pesetas. La debilidad del mercado armamentístico y la falta de contratos han reducido el volumen de ventas de Santa Bárbara en un 34,5% en tres años. En uno sólo -de 1989 a 1990- la facturación pasó de 24.064 millones a 14.765 millones.La dependencia de Santa Bárbara de su todopoderoso cliente, Defensa, se ha acentuado en la última década. Si se exceptúan pequeñas partidas destinadas a armamento policial, la totalidad de las ventas en el mercado español (el 86% de la facturación en 1991) van a cargo del presupuesto del Ministerio de Defensa.

El poder de decisión que Defensa mantiene sobre Santa Bárbara, que es 100% propiedad del Instituto Nacional de Industria (INI), le convierte en el convidado de piedra en cualquier discusión sobre el futuro de la empresa. El INI está preparando un plan estratégico para "reducir las pérdidas tan exageradas", según un portavoz de Industria, que se presentará a los sindicatos después del verano. No obstante, y como señalan en Industria, "aquí [en el INI] se prepara un plan, y Defensa lo aprueba". El Ministerio de Defensa sostiene, por el contrario, que su única relación con Santa Bárbara es la de cliente-proveedor.

A pesar de que los encargos de Defensa constituyen la única tabla de salvación de Santa Bárbara, el año pasado no superaron los 12.400 millones de pesetas, sólo un 27,14% de los 232.980 millones que el Ministerio dedicó a compra de material en 1991. Fuentes sindicales acusan a Defensa de favorecer a empresas privadas en el reparto del pastel, dejando en la estacada a la empresa pública. En el Ministerio de Defensa no hacen comentarios al respecto, pero el porcentaje de su partida para compra de material que cada año dedica a Santa Bárbara no ha hecho más que descender en los últimos años.

Gastos financieros

La debilidad del mercado internacional de armas y la escasez de contratos no son los únicos males de Santa Bárbara. Los gastos financieros, que en 1980 sumaban 1.202 millones de pesetas -un 12,2% de la facturación-, se han disparado en los últimos años y amenazan con arrastrar a la empresa al agujero negro de la deuda impagable. En 1991 estos gastos llegaron a los 7.700 millones y se encaramaron al 49% de la facturación. Es decir, que Santa Bárbara dedica la mitad de lo que factura a pagar la deuda contraída con los bancos.

La evolución creciente de los gastos financieros tiene un claro reflejo en las cifras del grupo. En 1983 comienza el desplome. 3.500 millones de pesetas perdió Santa Bárbara aquel año. 14.000 millones, tres años después. Pero su verdadero declive comienza en 1986. Ese año el Gobierno aprobó la incorporación a Santa Bárbara de tres nuevas fábricas, las de Valladolid, Murcia, y posteriormente Cetme, en Madrid, hasta entonces dependientes de Defensa. Estas incorporaciones chocaban frontalmente con la política realizada por Santa Bárbara de reducción de plantilla. Esta sufrió, tras esta triple incorporación, un incremento de nada menos que el 74%, y pasó a situarse en 5.748 trabajadores.

Precisamente aquel año, Defensa, que el año anterior, 1985, compraba a Santa Bárbara por valor de 11.291 millones de pesetas, reducía sus encargos a 8.146 millones. Las compras de 1991, en pesetas constantes, están un 25% por debajo de las de 1985.

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