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Delors afirma que el Gobierno no tiene la culpa de la mala situación económica

El presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, evitó decantarse ayer en la polémica sobre el aumento del fondo de cohesión que enfrenta a España con la Comisión, en un seminario celebrado en la Universidad de Salamanca bajo el lema Europa y el Sur. Delors también calificó el plan de ajuste del Gobierno para superar la crisis de "valeroso" y sentenció rotundamente: "Las dificultades económicas por las que atraviesa España no son imputables al Gobierno".

El presidente de la Comisión quiso, no obstante, evitar "inmiscuirse en los asuntos internos" españoles, cuando se le pidió una valoración más amplia del plan de ajuste aprobado por el Gobierno esta semana. "El plan de convergencia que el Consejo de Ministros de Economía y Finanzas aprobó en junio es muy positivo y permitirá a España acceder a la fase final [del proceso de unión europea] con todos los beneficios, en el grupo de los primeros", precisó Delors. El presidente de la Comisión no quiso entrar a fondo sobre la actual situación de la economía española.En la mejor tradición de la diplomacia francesa, Delors rehusó pronunciarse sobre si España verá satisfechas sus demandas de un aumento sustancial de los fondos de cohesión (de los 1,3 billones que propone la Comisión a 2,435 billones en cinco años) en la reunión que mantendrá la Comisión Europea el próximo día 31 (véase EL PAÍS de ayer). "España obtendrá una amplia satisfacción" aseguró con una sonrisa Delors, quien, sin embargo, se negó a cuantificar dicha satisfacción.

Tampoco la pretensión española de obtener al menos un 60% del fondo de cohesión fue explícitamente respaldada por el presidente de la Comisión, quien, no obstante, se mostró en todo momento firme partidario de la cohesión social y económica europea. Según Delors, sin esta idea no se hubiesen podido firmar los acuerdos de Maastricht, y por tanto, "la Comisión se batirá a fondo para que se respete el espíritu de Maastrich". Delors cerró el debate sobre los fondos de cohesión afirmando que "no hay obstáculo administrativo ni excusa para no aplicarlos".

Revisión de Maastricht

Por otra parte, el sindicato UGT pidió ayer, mediante un comunicado, la reelaboración completa del programa de convergencia aprobado por el Gobierno "ya que nació muerto por basarse en previsiones totalmente desvinculadas de la realidad".

Según UGT, "no sólo se han derrumbado con estrépito, a las pocas semanas de haber sido formuladas, las previsiones de crecimiento económico, empleo, inflación y déficit público, sino que otras voluntaristas afirmaciones se demuestran irreales: los tipos de interés en lugar de descender han subido y también incumple el objetivo de no incrementar la presión fiscal". Para el sindicato, el plan de convergencia es, en la práctica, un plan de ajuste, amenazado y carente de credibilidad.

Además de solicitar la reelaboración del plan de convergencia, UGT lamenta en el comunicado "que en la elaboración de los presupuestos de la Comunidad Europea para 1993, una mayoría de países haya decidido no incluir el fondo de cohesión", "resulta evidente" prosigue "que el fondo de cohesión está seriamente amenazado".

En este contexto, el sindicato considera muy importante que se apruebe el Paquete Delors II que prevé la ampliación de los fondos estructurales y la creación del fondo de cohesión. La central cree imprescindible, además, que los compromisos adoptados en Maastricht se amplíen y se enmarquen en una visión mucho más global y no centrados exclusivamente en políticas de ajuste económico perjudiciales para los países más pobres.

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