¡Ya eres compañera!
Era media tarde, y cansado por tantas horas de trabajo, me eché un rato en el sofá de mi casa. Cerré los ojos intentando abstraerme no sólo del trabajo, sino de este cúmulo de problemas de actualidad, candentes, como la convergencia con el resto de la CE, el decretazo del Gobierno, el paro, la pobreza, el medio ambiente, la sequía, y, por qué no, la huelga general. En cierto modo, nos encontramos solos entre tanta desazón; estamos rodeados, pero solos, impotentes... hasta que despertamos. Hasta que me despertó Celia, que dentro de su cuco y con sus cinco meses sintió la necesidad de sacarme de ese letargo, y balbuceando, una especie de "pa-pa" consiguió retener en ella mi atención al tiempo que- mi estado de ánimo se renovaba.¡Ya eres compañera!, pensé, y las penas en tu compañía son menos perias- Luis Solera Selvi.