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Conde afirma que Banesto reducirá sus inversiones industriales por imposición legal

El presidente de Banesto, Mario Conde, anunció ayer que el grupo que dirige seguirá reduciendo sus inversiones industriales para cumplir "lo que nos impone" la normativa legal sobre recursos propios. El presidente dedicó buena parte de su intervención en la junta de accionistas a justificar la venta de participaciones empresariales por las exigencias de la legislación que "penaliza las inversiones industriales". También justificó la caída del 7,2% de los resultados consolidados del grupo -52.325 millones de pesetas- por las dificultades de la Corporación Industrial, que registró un beneficio de sólo 3.798 millones de pesetas, frente a los 18.978 millones de 1990.

El beneficio neto del banco Banesto, en sentido estricto, después de impuestos ascendieron a 45.568 millones de pesetas con un crecimiento del 14,3%. Conde destacó que "la eficiencia del grupo, medida en términos de ingresos y gastos por empleado, ha mejorado en los tres últimos ejercicios analizados, puesto que mientras los ingresos por empleado han crecido un 23%, los gastos han crecido sólo un 6,3%". La distribución de los beneficios aprobados por la junta es la siguiente: A reservas libres, 18.427 millones de pesetas; a reserva especial -para estabilizar los beneficios de futuro-, 6.000 millones, y a dividendo, 20.241 millones de pesetas. Ello representa 205 pesetas por acción, un 2,5% más que el año anterior. Sobre el reparto de beneficios, un accionista manifestó, con cierto enfado, que "no había derecho" que el consejo de administración, con 19 miembros, obtuviese unos ingresos de 900 millones de pesetas, lo que suponía el 4,4% de los que se repartían los 170.000 accionistas. Además, los sueldos de los directivos que son consejeros ascienden a 406 millones de pesetas.

En relación con los accionistas, Mario Conde expresó su satisfacción por "el espectacular" crecimiento en los últimos meses, durante los cuales se han colocado 2.764.057 acciones. Ello ha supuesto la incorporación de unos 79.000 nuevos accionistas.

Sobre la venta de participaciones industriales, Conde afirmó que si el Grupo Banesto quiere cumplir los requerimientos legales "porque tiene una relación ajustada de recursos propios, no le queda más alternativa que reducir su inversión en renta variable no financiera. No se trata", añadió, "de una decisión estratégica, se trata sencillamente de un condicionante legal que obliga a reducir las inversiones". Por esta razón anunció que "el consejo ha adoptado la decisión de seguir esta estrategia impuesta por la normativa financiera".

El presidente destacó el crecimiento de los activos del Grupo Banesto, que ascienden ya a 7 billones de pesetas, tras multiplicarse por 2.3 en los últimos cuatro años. Ello es debido en buena parte a la incorporación del banco portugués Totta y Açores. Conde desveló ayer que Banesto tiene el 10% del Totta e indirectamente el 41%, a través una sociedad en la que Banesto tiene el 49% y los socios portugueses el 51%.

Los representantes de British Petroleum, que habían expresado fuertes críticas sobre la gestión en la junta de la Corporación Banesto la semana pasada, no intervinieron ayer.

"Si queremos converger no puede continuar el enfrentamiento sistemático"

La "reflexión final" de Mario Conde estuvo dedicada a la situación de la economía española y a criticar de nuevo la política que sigue el Gobierno. El discurso de Conde tuvo como oyente de excepción al presidente de la CEOE, José María Cuevas, quien se marchó antes de que una accionista requiriera a Conde para presentarse a presidir el Gobierno español. El presidente de Banesto contestó con este ambigüo proverbio árabe: "Que nadie le diga lo que tiene que hacer a alguien que ya ha decidido cuál tiene que ser su destino". M finalizar la junta despejó el equívoco y aseguró que él quiere seguir en el banco "durante muchos años". Tras subrayar que 1992 será un año muy dificil, el presidente de Banesto destacó que el problema básico de la economía española radica en la convergencia con los países europeos. "No creo", dijo, "que nos estemos acercando a otros cuando nuestro país figura entre los de mayor número de horas de trabajo pérdidas por diferentes huelgas laborales". Conde se preguntó la causa que provoca esta situación y concluyó: "Si queremos converger no puede continuar la dinámica del enfrentamiento sistemático", para posteriormente proponer el diálogo entre las partes enfrentadas.

A pesar de todo, Conde apoyó el plan de convergencia "en cuanto objetivos". "Pero", apostilló, "quedan mucho temas pendientes". También respaldé, después de apuntar que la política económica no es la apropiada, el decreto sobre prestaciones de desempleo, que "parece que camina por la dirección correcta, puesto que cada país puede pagar lo que puede pagar".

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