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EL "CASO DE LA CONSTRUCCIÓN" DE BURGOS

Las amistades sustanciosas

Aznar mantuvo una estrecha relación política y personal con el constructor condenado Méndez Pozo

Tanto en el sumario como en el juicio del caso de la construcción, varios testigos relataron pormenores de las relaciones entre el líder del PP y los condenados. Así, se ha sabido que Méndez Pozo -quien nunca ha pertenecido a AP ni al PP- participó, junto a Aznar, en diversas reuniones políticas de la derecha burgalesa en 1987. Alguien ha testificado incluso que era el propio Méndez quien las convocaba.."¿Que de dónde emanaba su autoridad? Todos sabíamos que tenía una autoridad moral que le venía de Aznar", dice de Méndez Pozo un antiguo dirigente de AP de Burgos. "Aunque no te lo diga nadie, ves el trato que había entre ellos, ¿lo entiendes?".

Listo para los negocios. Habilísimo para relacionarse con quienes tienen el poder. Paternalista con sus empleados. Colérico con quien le lleva la contraria. Y enormemente trabajador. Así definen a Méndez Pozo quienes mejor le conocen.

Méndez nació en Jaca (Huesca) y se crió en Zamora. En 1964, llegó a Burgos a estudiar aparejadores. Tenía 20 años y ningún dinero. Ahora tiene una fortuna calculada en unos 20.000 millones de pesetas. Es dueño de las tres inmobiliarias más activas de la ciudad -Río Vena, Espolón y Cluina-, inmobiliarias que, según confesó el propio Méndez en 1988, no repartían beneficios. ¿Qué se hacía con las ganancias? "Reinvertimos todo". Ha comprado la mayoría del capital social de Diario de Burgos. Ha contratado en Madrid asesores de imagen que le cuestan millones y abogados de minutas parecidas.

El estudiante menesteroso

Entre el estudiante menesteroso y el empresario ricachón hay toda una frenética actividad inmobiliaria que, según el tribunal del caso, ha conculcado la ley repetidas veces. "No había obstáculo, por importante que éste fuese", escriben los jueces, "que pudiese impedir al señor Méndez Pozo convencer a los señores Peña, Codón [ex teniente de alcalde, condenado a inhabilitación en esta misma causa], Muñoz Guillén y Martínez Llorente [concejales también condenados] para que resolviesen, en sus expedientes, conforme a sus intereses (...) contrariando de forma clara y manifiesta la legalidad vigente, con plena conciencia de que lo hacían".

La sentencia, que revela que Méndez Pozo era conocido en el Ayuntamiento como "el jefe", también habla de las relaciones del constructor con Aznar. "El señor. Méndez Pozo, gracias a la confianza entre él y Peña, llegó a adquirir un gran protagonismo político, pues en 1987 estuvo presente y tuvo intervención activa en varios almuerzos y reuniones en las que se trataron las diferencias que enfrentaban a las distintas opciones de la derecha burgalesa, asumiendo en ellas el papel de mediador, a pesar de que acudía a instancias del señor Peña, lo que no le impidió llegar a adquirir la confianza del entonces presidente de la Junta de Castilla y León, don José María Aznar López, quien estuvo presente también en alguna de dichas reuniones, llegando a encargar al señor Méndez Pozo un trabajo sobre la construcción en Castilla y León", dice, resumido, el fallo.

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El 17 de junio de 1985, Aznar accede a la presidencia de AP de Castilla y León. Las elecciones autonómicas y municipales de junio de 1987 van a configurar un nuevo mapa en la región.

Para entonces, Aznar ya se había hecho con el control del partido en todas las provincias, salvo Burgos. La ciudad está gobernada por José María Peña, quien ha ganado todos los comicios locales de la democracia, encabezando como independiente las, listas de distintos partidos.

Muchos de los concejales de Peña son, como él, independientes. Tanto que, en vísperas de los comicios de 1987, Peña negocia con los dirigentes de AP de Burgos desde una posición de fuerza. Exige encabezar la lista y que al menos 11 de sus "independientes" vayan en lugares que garanticen su elección. El presidente de AP en Burgos, Vicente Mateos, no está dispuesto a claudicar ante Peña. Mateos se cree fuerte ante los dirigentes nacionales de AP: es senador y amigo de Manuel Fraga. Además, una encuesta dice que no necesita a Peña.

Inicialmente, el partido le apoya. El 9 de marzo de 1987, Mateos coincide con Antonio Hemández Mancha en un acto. El entonces presidente de AP le dice que se desprenda de Peña y que haga una lista propia. "Aznar tampoco apoyaba entonces al alcalde", cuenta Mateos, "pero muy pocas semanas después cambia de opinión y desde Valladolid nos llega la consigna: hay que aceptar las propuestas de Peña". Los enfrentamientos en Burgos son constantes y Aznar traslada la última palabra a Madrid. "Allí todos me exigieron que apoyara a Peña, aun a costa de destrozar el partido", recuerda Mateos.

En otras reuniones, Aznar mantuvo la misma actitud: "Hay que ir con Peña". Así se lo dijo reiteradas veces a un dirigente del partido. Ese mismo dirigente recibió una llamada de José María Cuevas, presidente de la CEOE, con idéntica petición: "El hombre es Peña; cualquier otra decisión es un estupidez". Desde la CEOE se niega ahora esa conversación.

Mateos no hizo caso. Cuando volvió a Burgos, montó una candidatura de AP. Un testigo presencial cuenta que el día que se presentó la lista, Méndez Pozo sufrió una lipotimia. Se le pasó pronto. La dirección nacional de AP ordenó inmediatamente retirar esa candidatura y expedientó a quienes la encabezaban. Además, nombró como administrador provincial de la campaña -encargado de ingresos y gastos- a un militante de base, Pedro Martín Iglesias, entonces socio de Méndez Pozo y ahora senador por el PP. La dirección nacional y regional de AP dio su apoyo a la lista de Solución Independiente (SI), la de Peña.

"Si a mí me dicen entonces que había que apoyar a Peña porque convenía a las finanzas del partido, lo hubiera entendido", señala Mateos.

La campaña de SI fue espectacular. Nunca se supo lo que costó aquello. SI renunció a las subvenciones oficiales por votos. Para optar a ellas tenía que presentar su contabilidad completa de las campanas municipal y autonómica ante el Tribunal de Cuentas, y no lo hizo.

Finanzas y bancarrota

La candidatura de Aznar también contó con muchos medios, pese a que "AP estaba casi en quiebra en su sede central", recuerda un antiguo dirigente nacional: "Tuvimos que despedir al 40% de los empleados; Telefónica nos quería cortar las líneas porque les debíamos 11 millones; teníamos una deuda acumulada de 4.000 millones de campañas anteriores y los bancos nos habían pignorado los adelantos electorales".

Otro ex dirigente nacional conservador va más allá: "Cuando Hernández Mancha llegó a la presidencia se realizó un informe interno sobre las finanzas y la organización del partido. Todas nuestras organizaciones regionales estaban en déficít, excepto Castilla y León. Un segundo informe reveló que el flujo financiero provenía de Burgos".

Desde esas elecciones de 1987, que conceden a Peña su tercer mandato municipal y a Aznar la presidencia de Castilla y León, Méndez Pozo va a adquirir un notable protagonismo político.

La batalla de la provincia es feroz. En la Diputación Provincial había diez diputados del PSOE, siete de AP, seis de SI y dos del CDS. Peña quiere que uno de los suyos, Tomás Cortés, presida la institución. Pero dos miembros de AP se desmarcan y José Luis Montes consigue la presidencia. Y es entonces cuando Méndez asiste a reuniones internas de AP sin ser militante ni desempeñar ningún cargo público. A varias de ellas asiste Aznar.

Una se celebra en el hotel Condestable de Burgos el 8 de octubre de 1987. Otra, en Valladolid, en un comedor privado del RACE. Según declararía Montes más tarde ante el juez instructor -si bien luego lo matizó en el juicio- a ella fue convocado por Méndez Pozo. Montes se hizo acompañar por José María Arribas, parlamentario regional de AP por Burgos. Llegaron los primeros. Después llegó Peña. Y más tarde, juntos, Aznar y Méndez Pozo. Fue una reunión muy tensa. Exigían a Montes que rompiera el pacto con el PSOE y el CDS. No hubo acuerdo.

Esa tarde, Arribas y Montes fueron al despacho de Aznar en la Junta. Aznar les recibió en una estancia contigua a la suya. Según un asistente, a los cinco minutos se incorporó Méndez Pozo, quien entró sin llamar a la puerta. Cuando Arribas y Montes abandonaron el despacho, Aznar se quedó solo con Méndez.

Por aquellas fechas, Méndez y Aznar se veían a menudo. Celebraron otra reunión en el restaurante La Venta de la Petra, cerca de Burgos. Poco después de ese almuerzo, Aznar tenía que nombrar delegado de la Junta en Burgos. AP propuso a José Luis Calzada, pero Aznar designó a José Carracedo, un ingeniero que era socio de Méndez en su constructora Espolón y en una fábrica de cocinas.

A fines de 1987, el Colegio de Arquitectos de Burgos había realizado una encuesta que revelaba que 30 pequeñas empresas constructoras habían cerrado en los últimos años y que muchas otras habían abandonado Burgos. Muchos encuestados se que-jaban de que Méndez recibía un trato de favor en el Ayuntamiento. Juan Renedo, recién elegido presidente de la Federación de Empresarios de la Construcción, viajó a Ma-

drid para intentar, por acuerdo de la organización, entrevistarse con Aznar y exponerle el problema."Sabíamos que iba a intervenir en las jornadas del Meliá de Madrid y allí nos fuimos. Y cuál fue nuestra sorpresa cuando nos encontramos con que Aznar y Méndez no se separaron en ningún momento. Primero, Méndez esperó a Aznar en la puerta del hotel, pese a que hacía muchísimo frío. Luego, le cogió del brazo y estuvieron paseando a solas por los pasillos durante un largo rato. Después, Aznar presentó la ponencia de Méndez. Y más tarde se fueron juntos a comer".

Pocas semanas después, en febrero de 1988, la Federación de Empresarios de la Construcción presentó la demanda que ahora ha acabado con las condenas.

Pero antes hubo otros episodios que relacionan a Méndez con Aznar. En enero de 1988, AP celebró su congreso provincial de Burgos. Hubo dos candidaturas a la dirección. Perdió la que había acogido a los miembros de SI que habían decidido tomar el carné de AP y que estaba apoyada por Aznar, quien asistió a las sesiones. Como también asistieron Peña y Méndez, pese a que no militaban en el partido.

Pese a las distintas relaciones, entrevistas y reuniones entre Méndez y Aznar, el presidente del PP no admitió en sus respuestas a la Audiencia de Burgos más que un conocimiento profesional del constructor, derivado de su preocupación "por la mejora de la situación económica de Castilla y León". Aznar declaró que "pedía la opinión y sugerencias a muchas personas, entre ellas a Antonio Miguel Méndez Pozo". Del trabajo sobre la construcción castellano-leonesa pedido por Aznar a Méndez Pozo del que se habla en la sentencia no hay constancia en los archivos de la Junta.

En vísperas del congreso provincial de AP, algunos de los que apoyaban la candidatura que acogía a los miembros del grupo del alcalde, entre ellos Méndez Pozo, se reunieron en el domicilio particular de Aznar en Valladolid, un piso de 120 metros cuadrados en la Acera de Recoletos. Aznar, que tenía gripe, les recibió en bata. Según un asistente, no debía de ser la primera vez que Méndez visitaba la casa, pues se desenvolvía con mucha soltura. "Cuando necesito ir al servicio, ni pidió permiso ni preguntó dónde quedaba. Fue directo".

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