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Walesa compara en Sevilla la caída del comunismo con el Descubrimiento

Lech Walesa, el presidente polaco, no dudó ayer en comparar el Descubrimiento de América con el hundimiento del comunismo, porque, resaltó, "otra vez, como hace 500 años, se abren nuevos horizontes ( ... ), se detectan nuevas esperanzas". Junto con su esposa, Danuta, Walesa fue ayer, en el Día Nacional de Polonia, el primer jefe de Estado extranjero que visitó la Expo 92, acompañado por el ministro para las Relaciones con las Cortes, Virgilio Zapatero, y por el comisario general de la muestra, Emilio Cassinello.

Ambos alabaron en el Palenque, uno de los anfiteatros de la isla de La Cartuja, la figura del "artífice del primer golpe efectivo asestado al telón de acero", según Cassinello. Ambos recordaron que en agosto de 1980 el electricista Walesa saltó la valla de los astilleros Lenin en Gdansk para dirigir primero una huelga y después un sindicato, Solidaridad, que, a la larga, derribó al régimen comunista."Si la Expo 92" prosiguió Cassinello, "es más grande de lo que nos imaginábamos es un poco gracias al viento de libertad que recorrió Europa oriental", y Zapatero le secundó asegurando que "esta alta participación de países no se hubiera alcanzado si la comunidad internacional no hubiera cambiado" apostando por "el diálogo y respeto entre pueblos y culturas".

El antiguo líder sindical hizo ayer el recorrido previsto para los jefes de Estado, que empezó en el pabellón Real, donde ya se hizo palpable la tensión entre los fotógrafos y el séquito del ilustre huésped, con el que viajan dos sacerdotes, que le avasallaba de tal manera que impedía tomar una instantánea.

La cacofonía provocada por los ritmos africanos y los cuernos de los campesinos polacos templaron un poco los ánimos en el Palenque, pero Curro, la mascota de la Expo, no tuvo el mismo efecto apaciguador cuando se encontró con Walesa, en la terraza del pabellón de Polonia, a la que había sido vetado el acceáo a la prensa. Hubo empujones e insultos entre gráficos y escoltas, y Cassinello se vio obligado a intervenir, aunque con escaso éxito. Nervioso, Zapatero pidió ver al responsable de la organización de la prensa y aparecieron media docena de funcionarios.

Solidaridad

Aunque en una rueda de prensa ensalzó el mensaje de solidaridad que pretende dar al mundo su pabellón, Walesa no debe haberse quedado muy convencido de su utilidad. "Lo que me faltó ver en él", afirmó, "fue la caja, es decir, que me pregunto quien va a beneficiarse de su existencia y, sobre todo, quién va a pagar" la presencia de Polonia.Por la tarde Walesa eligió visitar tres pabellones, que constituyen una perfecta ilustración de la situación geopolítica de Polonia: Rusia, Alemania y EE UU. La jornada concluyó con la obligada visita al palacio de San Telmo, sede de la Junta de Andalucía, y al Ayuntamiento. Hoy, tras una misa, Walesa se desplazará a Granada, donde será recibido por los Reyes, y después a Madrid, donde almorzará en la Moncloa con el presidente del Gobierno, Felipe González.

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