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Los sindicatos piden inversión industrial en Galicia para emplear a pescadores y agricultores excedentes

Un millón de trabajadores gallegos están convocados mañana a la primera huelga general, que apoyan conjuntamente los sindicatos del campo y las centrales mayoritarias. La unión de fuerzas responde a la peculiar situación económica de Galicia. Las exigencias de la Comunidad Europea amenazan con destruir miles de empleos en la pesca y la agricultura, sectores que ocupan al 37% de la población activa gallega. El recorte de cuotas lecheras y de caladeros internacionales llega en un momento de debilidad industrial.

"Producimos demasiada leche, nos dicen que pesquemos menos y nos han achatarrado la poca industria que teníamos", se lamenta el secretario general de UGT-Galicia, Jesús Mosquera. Estas tres quejas han unido a todas las fuerzas sindicales en Galicia para la convocatoria de huelga de mañana.La Xunta que preside Manuel Fraga estima que el 40% de las 376.000 personas ocupadas en la agricultura gallega deben dejar el campo antes del año 2000. La renta media de cada agricultor gallego es de 483.000 pesetas anuales, un tercio de la que generan los trabajadores del campo en España y una quinta parte de esa renta en la CE. Además, los acuerdos comunitarios obligan a reducir la flota pesquera española en un 40%, y la mitad de esos barcos son gallegos.

Sindicatos y patronal reconocen un lado positivo en esta situación: ahora el 37% de la población activa gallega se concentra en el sector primario mientras que ese porcentaje es en España de sólo el 10% y en la CE del 8%. Reducirlo, pues, es un paso obligado para modernizar la estructura productiva gallega. Pero no basta con destruir empleo en sectores poco competitivos, reclaman los sindicatos. Hace falta además compensar esa pérdida con nuevos puestos de trabajo en la industria y los servicios.

La industria en Galicia sólo da trabajo al 14% de la población activa de esa comunidad autónoma frente al 25% de media española. Y la actividad industrial con más tradición -los astilleros- están en franca decadencia. Sólo en Vigo, el 70% de los empleados en empresas de construcción naval se encuentran en regulación de empleo, según las centrales.

"Llevamos tiempo demandando soluciones y con la huelga del día 2 vamos a exigirlas", asegura el secretario general de CC OO en Galicia, Xesús Díaz. CC OO considera que esas soluciones sólo llegarán si el sector público "central y autonómico" se compromete a adoptar el papel inversor que falta en la iniciativa privada.

Intervención pública

Esta llamada a la intervención de los poderes públicos choca frontalmente con la patronal gallega. Su presidente, el empresario Antonio Ramilo, critica que el sector público "dedique recursos siempre escasos a empresas sin futuro, en lugar de crear las condiciones para que se produzca en Galicia un desarrollo equilibrado". Una de esas condiciones -la escasez de infraestructuras- cuenta con el consenso de todos.

Este telón de fondo ha servido para aunar las fuerzas de sindicatos nacionalistas radicales (Sindicato Labrego Galego y Converxencia Intersindical Galega) con otros de claro signo conservador (Jóvenes Agricultores y Unión Sindical Agraria Gallega) y con las centrales de ámbito estatal.

A pesar de esta unidad de acción hay diferencias de criterio. Los nacionalistas del SLG, de fuerte implantación en el campo gallego, se oponen a cualquier recorte de empleo agrario y piden que se revise el tratado de adhesión a la CE. "No tenemos por qué pagar con nuestro sacrificio los excedentes de los países ricos del centro de Europa", sentencia Lidia Senra, portavoz del SLG.

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