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La cantidad de espermatozoides producida por el hombre occidental ha caído un 50% desde 1940

Un hombre sano produce unas mil células de espermatozoides por segundo. Sin embargo, hay preocupantes indicios de que algo está afectando a la capacidad de los hombres occidentales para producir espermatozoides. Un equipo dirigido por el profesor Niels Skakkebaek, del Rigshospital de Copenhague, ha descubierto que tanto la concentración de espermatozoides como la cantidad de semen en cada eyaculación ha caído en los últimos 50 años. Los investigadores concluyen que el total de espermatozoides en grupos de hombres sanos ha descendido a la mitad entre 1940 y 1990.

Muchos especialistas en fertilidad masculina oyeron hablar de los resultados del trabajo del profesor Skakkebaek en una reunión celebrada el año pasado y patrocinada por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El profesor Skakkebaek había identificado un fenómeno para el que la única explicación posible es que ha aparecido algo en el medio ambiente durante los últimos 50 años que tiene un efecto negativo sobre la producción de espermatozoides.Dado que los hombres producen tantos espermatozoides, hasta 170 millones en cada milímetro de semen, ¿que puede importar que haya descendido el recuento de esperma? Richard Sharp, especialista en fertilidad masculina en el Medical Research Council's Reproductive Biology Unit (Unidad de Biología Reproductiva del Consejo de Investigación Médica) de Edimburgo, responde: "Creo que nos debería preocupar el hecho de que el recuento de esperma haya descendido. Significa que hay algo que nos afecta y que no alcanzamos a comprender. A este paso, un hombre que se encuentra en el límite de la fertilidad podría convertirse en un hombre infértil".

Causas ambientales

El número de espermatozoides varía en diferentes hombres; algunos producen unos 20 millones de espermatozoides por milímetro y otros casi 150 millones por milímetro. A un hombre se le considera infértil o subfértil si produce menos de cinco millones de espermatozoides por milímetro, condición que afecta a uno de cada 20 hombres. Lo que más desconcierta a los investigadores es que los recuentos de esperma en la misma persona pueden variar enormemente. En un periodo de varios meses puede variar entre siete millones por milímetro y 170 millones por milímetro.

El doctor Sharp piensa que la causa más probable para el descenso del recuento de esperma en los hombres occidentales se debe a un grupo de elementos químicos que fueron utilizados en la industria en los años sesenta: insuladores plásticos en equipos eléctricos, tales como generadores y transformadores.

Los policlorobifenilos (PCB) son tan persistentes y tan peligrosos para la salud, que fueron prohibidos en la mayoría de los países occidentales en los años setenta. Pero aún están presentes en el medio ambiente y han entrado en la cadena alimenticia. "No son biodegradables y además tienden a acumularse en la grasa De modo que todos nosotros vivimos con PCB en nuestras grasas", dice el doctor Sharp. "Son estrogénicos, y como tales actúan como hormonas sexuales femeninas".

Otro factor que indica que los elementos químicos en el medio ambiente puedan ser los responsables por la disminución del recuento de esperma procede de casos conocidos de esterilidad masculina causada en ciertos trabajadores industriales. En Estados Unidos e Israel, los hombres que trabajaban en la fabricación de un pesticida llamado dibromocloropropano, utilizado para controlar los gusanos de las piñas, corrían riesgo de tener bajos recuentos de esperma. Las conversaciones entre las esposas de estos trabajadores hicieron sospechar del elemento químico, y más tarde se reconfirmó en pruebas de toxicidad.

Uno de los problemas con el que se enfrentan el doctor Sharp y otros investigadores al intentar descubrir un elemento químico que sea tóxico para la fertilidad masculina es el de no saber demasiado sobre los factores que conducen a la fabricación de espermatozoides. "Lo que produce un hombre en su eyaculación es el resultado de lo que ha ocurrido en las últimas 10 semanas, porque cada célula de espermatozoide ha tardado 10 semanas en desarrollarse", afirma Sharp. El trabajo del profesor Skakkebaek ha añadido un mayor ímpetu a la investigación de los efectos del medio ambiente sobre la producción de espermatozoides. "Si transcurren otros 50 años y descubrimos que nuestro recuento de esperma ha disminuido en otro 50%, será un motivo de extremada preocupación", concluye Sharp.

(R) The Independent / EL PAÍS.

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