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A 300 kilómetros por hora

Llegar a Ciudad Real en tres cuartos de hora desde Madrid se hace realmente extraño. Y esa es la sensación más fuerte que levanta el AVE porque la velocidad, ni se nota. Ayer el tren se presentaba a los medios de comunicación con el ministro de Transportes y la plana mayor de Renfe compartiendo vagón con la prensa. A los 15 minutos de abandonar la estación de Atocha el AVE ya circulaba a 250 kilómetros por hora y poco después alcanzaba su velocidad punta -300 kilómetros- sin que ello impidiera seguir leyendo el periódico.El AVE es silencioso y, por supuesto, rápido. Queda por ver si comercialmente Renfe lo explota de manera que se cumplan las previsiones de pasaje. Unos 3,7 millones de viajeros anuales desde 1993. Para este año, "con la Expo está completo", dice Mercé Sala.

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El viaje de ayer había levantado espectación y no era para menos. Tras dos años y medio de obras y un coste de casi medio billón de pesetas se estrenaba un nuevo concepto de viaje. Un tren que, como le gusta decir al ministro de Transportes "es un avión que vuela bajo". "Los Messerschmitt y los Spitfire volaban en la Segunda Guerra Mundial a esa velocidad". Pero las alusiones a los aviones fueron más. El AVE no tiene estaciones, tiene aveódromos y ayer se abrieron las puertas del de Ciudad Real - una de las paradas intermedias además de Puertollano, y Córdoba- donde un exhultante alcalde veía recompensados sus esfuerzos porque el tren se detuviera en la capital manchega.

Ayer sólo los soldados salpicados a lo largo de la vía recordaban la posibilidad de problemas de seguridad. Y estos ajenos al proyecto. El sistema de señalización del AVE permite que la vía pueda leerse con 10 kilómetros de anticipación de forma que el tren -que necesita tres kilómetros para parar- puede frenar con mucha antelación ante la existencia de cualquier problema.

Ayer era el propio ministro el que comentaba con satisfacción los 300 kilómetros que, en el video, señalaba el marcador. Y no es para menos. Esa misma mañana, ante el atasco en los accesos a Madrid el ministro optó por el cercanías para desplazarse desde Majadahonda. Tardó 35 minutos en recorrer unos 20 kilómetros. Algo después llegó a Adamuz, a 317 kilómetros, en poco más de hora y media.

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