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Mandela planta cara a De Klerk

Nelson Mandela, el líder del Congreso Nacional Africano (ANC), de visita estos días en la provincia del Cabo, ha plantado cara al Gobierno del presidente Frederick de Klerk en dos cuestiones clave: la sangrienta violencia entre negros y la aplicación del impuesto sobre el valor añadido (IVA) a productos alimenticios de primera necesidad. Mandela ha acusado a altas instancias del Estado de estar tras la violencia y ha amenazado con atacar al régimen con fuerza. "No podemos dejar de proteger a nuestra gente", dice.

La prevista imposición del IVA sobre productos alimenticios básicos que hasta ahora estaban exentos tiene crispados a los guetos negros. En las jornadas precedentes al anuncio, el pasado miércoles, de los nuevos Presupuestos del Estado, hubo continuas protestas contra el IVA. El mismo miércoles, una manifestación de unas 20.000 personas clamó ante el Parlamento para repudiar la política presupuestaria del Gobierno, considerada racista por los negros.La cuestión del IVA ya fue discutida el año pasado por Mandela con De Klerk y el ministro de Hacienda, Barend du Plessis. "Ahora nos encontramos con una gran sequía y siete millones de los nuestros están en el paro", dice Mandela. "¿Dónde van a conseguir el dinero para comprar comida?".

"Es una situación muy seria. Decimos a Barend du Plessis que gravar los alimentos es buscar problemas. Está provocando a nuestra gente. Eso no se puede permitir, advierte Mandela. "Si el partido en el Gobierno cumple su amenaza, atacaremos al Gobierno y a la industria con fuerza. No podemos dejar de proteger a nuestra gente".

El paraguas de esa protección quiere Mandela extenderlo también a la sanguinaria violencia que cada día deja un rosario de muertos en los guetos, en especial los del área de Johanesburgo y Pretoria y en la provincia de Natal. En los guetos del Cabo la violencia mortal es menor y ha estado relacionada con una guerra entre dos asociaciones de taxis (las furgonetas que transportan a los negros en los guetos y de los guetos a Ciudad del Cabo) que acaban de firmar la paz.

La violencia política ha costado 1.400 vidas desde que se firmó en septiembre un Acuerdo Nacional de Paz entre los principales implicados: el ANC y los zulúes del Partido de la Libertad Inkhata. En las tres últimas semanas de alta tensión política con motivo de la celebración del referéndum del martes sobre la democratización del país, han perecido unos 300 negros. Ayer se celebraron manifestaciones en conmemoración de la matanza de 1960 en Sharpeville, en la 69 negros resultaron muertos por la policía.

"Está claro que las fuerzas de seguridad están implicadas al más alto nivel", denuncia Mandela, quien insiste en que el único modo de poner fin a esta sangría es formar un Gobierno multirracial interino. Mandela lo quiere para este mismo año, algo que De Klerk ha venido considerando prematuro, aunque puede haberse producido un cambio de opinión.

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