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LA PRIVATIZACIÓN EN EUROPA DEL ESTE

Un millonario patriota

Los polacos del exilio vuelven a casa. Es el caso de Zbigniew Niemczycki, quien dirige Curtis International, una compañía de comercio exterior que constituye la filial polaca de la empresa norteamericana SerVas, de Indianápolis. A sus 45 años, es considerado como uno de los hombres más ricos de Polonia. Aparte de sus lucrativos negocios de importación y exportación, se dedica a múltiples actividades de producción, desde el montaje de televisores hasta la producción de dibujos animados, pasando por la construcción de centros empresariales.Niemczycki podría, sin embargo, haberse quedado cómodamente en Estados Unidos, donde llegó a los 30 años "con apenas 200 dólares en el bolsillo", según su propia biografía. Su encuentro, en un campo de tenis, con el dueño de SerVas cambió su vida.

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En unos pocos años supo elevarse rápidamente en la jerarquía de la empresa. Tuvo, hace casi 10 años, un acierto decisivo: el de apostar por Polonia en un momento en el cual muy pocos hombres de negocios creían en ella. En 1983, todavía en plena ley marcial, Curtis International abría una oficina en Varsovia. Hoy es el centro de operaciones de SerVas para toda la zona del centro de Europa.

"Haber sido los primeros nos permitió ocupar terreno", afirma. "Desde 1983 hemos formado nuestro personal, hemos importado nuestras tecnologías. Hoy, en este empresa, el director, los ingenieros, los técnicos, todo el mundo es polaco. Es verdad que no había capital en este país, pero sí había espíritu empresarial. Este año vamos a exportar televisores a Alemania. Hace 10 años todo el mundo pensaba que estaba loco por instalar una empresa aquí".

"La situación actual en Europa del Este es apasionante para un empresario", añade. "Existen pocos periodos históricos en los cuales el mundo de los negocios haya estado tan directamente implicado en un cambio histórico. Pero esta segunda etapa del cambio, la económica, será, sin duda, más dura que la primera, la política, y me temo sobre todo que generará más desilusiones en la población".

Zbigniew Niemczycki reconoce, sin embargo, que trabajar en Polonia entraña todavía muchas dificultades. "Hay una total indefinición Jurídica en materia de propiedad. Nadie sabe quién es exactamente propietario de qué. Si usted quiere comprar una empresa, en muchos casos no se sabe quién está habilitado para firmar el acta de transferencia. Además, el sistema fiscal es contraproducente: resulta más barato importar que producir aquí".

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¿Por qué, entonces, a pesar de estas dificultades apostó por Polonia? "Por lo que le dije antes respecto de la calidad del capital humano. Y también por otra razón, creo que la más importante: es mi país".

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