_
_
_
_
_

Un peligroso 'quinqui', investigado por la muerte del urólogo

La policía judicial investiga a un peligroso quinqui, encarcelado como sospechoso de dos homicidios -uno de ellos en grado de frustración-, como presunto autor del asesinato del urólogo Eugenio Rivero, cuando el pasado 9 de junio del año pasado acababa de salir de su domicilio de la calle de Maldonado, en Madrid. El doctor Dionisio Ballesteros, que operó al alcalde Enrique Tierno, se halla recluido también como supuesto inductor de este crimen.

La policía dispone de "detalles e indicios" que vinculan al citado delincuente con la muerte del urólogo Rivero, según informaron ayer fuentes próximas a la investigación. En relación con este crimen está encarcelado desde el pasado 21 de enero el cirujano Dionisio Ballesteros, de quien se cree que es presunto inductor de la muerte de su colega por un asunto de celos (ver EL PAÍS de 30 de enero pasado).Los medios consultados rehusaron dar más detalles sobre el caso para no pedudicar la marcha del sumario, que desarrolla con absoluto sigilo el tituar del juzgado de Instrucción número 26 de Madrid, Jesús Gavilán.

La persona a la que presuntamente indujo el doctor Ballesteros para acabar con la vida de Rivero ingresó en la prisión de Carabanchel el 12 de julio del año pasado, acusado de matar a bocajarro con un revólver, en un bar del distrito de Hortaleza, a Juan Francisco Liébana Arroyo, de 39 años, y herir gravemente a Enrique Burgos Montuenga, de 35 años.

Burgos desveló la ent a del presunto autor del tiroteo tras recobrar la consciencia. Éste disparó contra Liébana y Burgos "porque sabían demasiado de él y de una organización turca dedicada al tráfico de heroína en Madrid", según fuentes policiales.

El quinqui que está siendo investigado en relación con el asesinato del urólogo Eugenio Rivero tiene un amplio historial delictivo por supuesta implicación en tráfico de drogas, apropiación indebida y atentado a agente de la autoridad, además de haber estado reclamado por un juzgado de Málaga.

El presunto homicida del médico fue capturado por la policía en julio del año pasado en una vivienda del barrio de San Blas, tras ser intensamente buscado en el poblado del Tío Raimundo, uno de los puntos negros del tráfico de drogas al menudeo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Tiro en la nuca

La Jefatura Superior de Policía de Madrid no ha facilitado hasta el momento información oficial sobre el crimen del doctor Rivero, quien recibió un balazo del 9 corto en la nuca cuando iba a comprar el periódico y unos churros. Un portavoz autorizado asegura que el mutismo de la policía se debe a. que la investigación la dirige personalmente el juez Gavilán, quien ni siquiera ha permitido a sus funcionarios conocer el contenido de las diligencias instruidas hasta ahora.

Fuentes policiales vienen asegurando que en el crimen del doctor Rivero intervino, además del autor material, una segunda persona que posiblemente apoyó la ejecución del asesinato. Pero el sigilo que rodea el caso no ha permitido averiguar quién es esta persona, que dias atrás fue detenida e interrogada por los agentes del Grupo de Homicidios de la Brigada Judicial.

Mientras tanto, continúa en el Hospital Penitenciario de Carabanchel el doctor Dionisio Ballesteros, de 52 años, quien presuntamente ha confesado haber inducido al citado quinqui a dar muerte al urólogo Eugenio Rivero por sospechar que éste mantenía relaciones sentimentales con su esposa.

Ballesteros, que se hizo popular a raíz de ser el cirujano que operó de un cáncer de cólon al alcalde Enrique Tierno Galván, se enuentra bajo una fuerte depresion que ya viene arrastrando desde hace meses. De hecho, intentó suicidarse ingiriendo gran cantidad de fármacos el pasado mes de diciembre, por lo que tuvo que ser atendido en la UVI del holpital Doce de Octubre, donde trabajaba.

El doctor Rivero y la mujer de Ballesteros, que es anestesista, han sido compañeros de trabajo en el hospital provincial Gregorio Marañón. Según fuentes de este centro, Ballesteros siempre se mostró muy celoso de su mujer.

El urólogo había enviudado ocho meses antes,de ser asesinado y era padre de una joven de 17 años. Tras abandonar el Gregorio Marañón, pasó a formar parte de la plantilla de la clínica privada San Camilo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_