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España ayuda militarmente a Marruecos para prevenir sorpresas en Ceuta y Melilla

El Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación entre Marruecos y España que los jefes de Gobierno, Felipe González y Ahmed Laraki, firmarán hoy en presencia de los reyes Don Juan Carlos y Hassan II, dedica 12 de sus 14 artículos al fomento de la cooperación económica, financiera, pesquera, cultural y judicial, así como un apartado dedicado a la defensa. En este sentido, el propósito español es lograr el mayor grado posible de conocimiento y dependencia de las FF AA marroquíes de España para evitar así cualquier sorpresa por su parte en las plazas norteafricanas de Ceuta y Melilla.

En esta última materia se fijan como objetivos la realización de programas comunes para la investigación, desarrollo y producción de sistemas de armas, material y equipos de defensa, así como el intercambio de información técnica, tecnológica e industrial. El Tratado recoge, además, el compromiso de Rabat y Madrid de abstenerse de recurrir al uso de la fuerza para solucionar sus contenciosos, que sólo podrán ser resueltos por medios pacíficos. La cooperación hispano-marroquí abarca, a veces, aspectos a los que ninguna de las partes de sea dar publicidad. El ministro del Interior marroquí, Driss Basri, aprovechó su asistencia en Roma como observador a la reunión de sus homólogos comunitarlos en el marco del Grupo de Trevi, el 6 y 7 de diciembre de 1990, para entrevistarse con José Luis Corcuera.Al ministro español del Interior, Basri le recordó que los dos sindicatos marroquíes, la Unión General de Trabajadores de Marruecos y la Confederación Democrática del Trabajo, habían convocado una huelga general para el 14 de diciembre y que sus fuerzas de seguridad carecían de medios adecuados para hacer frente a las manifestaciones. Para evitar tener que echar mano de las armas de fuego, le pidió el envío urgente de material antidisturbios. Evitar una tragedia Partiendo del principio de que es mejor un buen golpe que un balazo", Corcuera accedió a la petición. El ministro español estaba además deseoso de evitar una tragedia en Marruecos en vísperas de la primera cumbre entre los jefes de Gobierno español y marroquí, el 19 de diciembre en la capital del reino. El titular de Interior esperaba, por último, que el envío gratuito sirviese para conseguir vender moderno material antidisturbios a las fuerzas de seguridad marroquíes, una oferta que había dejado caer durante su última visita a Rabat, en noviembre. Corcuera tenía previsto regresar esta semana a Marruecos pero ha aplazado su viaje. Las águilas imperiales y las si-.glas de la antigua Policía Armada española fueron apresuradamente borradas del viejo material antidisturbios almacenado en los depósitos del Ministerio del Interior, y 72 horas antes de la huelga un avión Hércules C130 de la Fuerza Aérea transportó a Marruecos, según un portavoz de ese departamento, 500 cascos y 300 escudos que habían sido en su día utilizados por los grises. Otras fuentes señalan, sin embargo, que la ayuda española fue lo suficientemente generosa como para llenar el aparato e incluyó también porras y otros instrumentos. Todos coinciden en resaltar que ni una sola porra o escudo español llegó a Fez, la ciudad donde se produjeron los mayores incidentes, en los que hubo cinco muertos, según la versión oficial, 10 veces más según los sindicatos. En las cinco localidades en las que la policía marroquí estuvo equipada con material antidisturbios español no empleó sus armas de fuego, y entre los manifestantes sólo hubo que lamentar heridos.

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