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Françoise Gilot

Una pintora con un pasado amargo junto a Picasso

Para ella, Picasso es una vieja historia que duró 10 años (1943-1953). Diez años que no fueron fáciles y que dejaron en su vida a Paloma y Claude, los hijos habidos del genio; y una relación tormentosa a partir de la publicación del libro Mi vida con Picasso, del que fue autora y en el que la faceta humana del mito no salía muy bien parada. Es ahora Françoise Gilot una hermosa mujer de 68 años, de penetrantes ojos azules que se iluminan para hablar de su obra y no pueden evitar endurecerse al hacerlo de su vida en común con Picasso, como si existiera un poso amargo. Y es que ella merecería pasar a la historia por derecho propio; un abulta do currículo lo confirma: pintora, escritora, ilustradora de libros, creadora de trajes y escenarios para diversos teatros y museos, ensayista... Pero la sombra del pasado siempre planea."Es la primera vez que vengo a Madrid", dice. "Sinceramente, desde mi relación con Picasso no tenía muchas ganas". El motivo: su exposición de pintura inaugurada la semana pasada y titulada Siempre el mar. Una colección de cuadros de marcado carácter colorista que narran un universo simbolista de esta autora, convencida de que la artista-mujer cuenta cosas que no han visto nunca los hombres.

A los 21 años, cuando realizó su primera exposición, conoció a Picasso. "El" se enamoró de ella, matiza. "Fue en un restaurante, en París. Yo conocía su obra, aunque, en cualquier caso, mi admiración era hacia Matisse. Estuvo persiguiéndome durante tres años, y final mente, en mayo de 1946, me decidí a vivir con él". Françoise Gilot no duda ni por un momento en calificar aquella decisión suya como un grave error: "Mientras vivíamos separados todo era perfecto; cuando estuvimos juntos, todo empezó a ir peor". "El era muy posesivo, y yo, muy independiente. Exigía que yo renunciara a mi mundo para vivir en el suyo; eso habría sido posible con otras mujeres, pero no conmigo".

Y es que Françoise Gilot es una feminista convencida; no en vano fue condecorada el año pasado por el presidente Mitterrand con la Legión de Honor, por su trayectoria como escritora y pintora, así como por su labor en favor de los derechos de la mujer.

Naturalmente ella no cree que sea verdad la frase que reza: "Detrás de un gran hombre hay una gran mujer". "Es al lado", señala, y asegura que la convivencia con un genio no plantea mayores complicaciones. "Mi marido actual, Jonas Salk, es un gran científico -descubridor de la vacuna contra la poliomielitis, entre otras cosas-. Y en mi caso creo que es más fácil vivir con un hombre extraordinario que con uno mediocre. Nosotros estamos juntos seis meses al año, y así nos entendemos muy bien. Hay muchos momentos en los que yo necesito estar sola; eso Picasso no lo hubiera comprendido nunca".

Françoise Gilot tiene tres hijos: Claude, Paloma y otra hija habida de un matrimonio intermedio entre el de Picasso y el actual. "Usted comprenderá", dice refiriéndose a su relación con el pintor, "que nuestra situación era muy difícil; yo no quería tener hijos, y él, sí. Pero desde el momento en que los tuve, los preferí a Picasso. Y ha sido precisamente porque yo tengo carácter por lo que mis hijos no han sido destruidos como la mayoría de los hijos de los genios".

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