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El sector turístico crea un comité de crisis para evaluar el impacto de la guerra del Golfo

El sector turístico español ha decidido crear un comité de crisis, integrado por agencias de viajes, hoteleros compañias charters, para analizar el impacto de la guerra en su actividad. El comité solicitará a la Administración una línea de créditos blandos y facilidades para las regulaciones de empleo. Mientras, la crisis turística que padece España desde este verano ha provocado una importante caída del crédito al sector en 1990.

La propuesta de crear un gabinete permanente que analice las repercusriones de la guerra en el Próximo Oriente partió de la Federación Española de Agencias de Viajes (FEAV). El proyecto fue consensuado con la patronal hotelera Asociación Española de Zonas Turísticas (Zontur) y la Asociación Española de Compañías Privadas de Aviación (AECA). El comité (le crisis estará presidido por el consejero de Turismo de Baleares, Jaume Cladera.Una de las primeras medidas adoptadas por los responsables del proyecto ha sido emprender negociaciones con la Administración para obtener una línea de créditos blandos -a interés más bajo de] de mercado- Por el momento, los empresarios turísticos tienen acceso a una línea de crédito oficial por una cuantía de 10.000 millones de pesetas en 1991.

El comité también va a pedir la posibilidad de tramitar regulaciones de empleo, si persiste la actual situación mundial. Ese es también uno de los puntos que forman parte del plan de reestructuración de la oferta hotelera que empezarán a negociar próximamente la patronal, los sindicatos y el Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones.

La mayor incógnita del sector turístico es la duración de la guerra del Golfo. Si se prolonga durante varios meses, provocará un retraimiento general del turismo del que no se sustraerá ningún destino. Por el contrario, si la guerra Finalizara pronto, España podría verse favorecida por la desviación de turistas de los países árabes y del Mediterráneo oriental.

En este sentido, los principales operadores turísticos europeos están evaluando la posibilidad de presentar a España como el destino turístico idóneo para pasar las vacaciones en 1991, prescindiendo del resto de zonas.

En los países del Magreb, Turquía y Grecia, que en los últimos años se perfilaban como fuertes competidores de España en el mercado turístico europeo, las previsiones para este verano son pesimistas. El semanario La Vie Économique imformó ayer que la situación en Marruecos "es dramática" y que numerosos establecimientos "piensan en el cierre".

En España, los empresarios turísticos afirman que las reservas de vacaciones están completamente paralizadas, y que las islas Canarias es uno de los destinos más perjudicados.

Menos préstamos

Por otra parte, la crisis turística que padece España ha provocado la caída del crédito en 1990. El saldo vivo de préstamos al turismo alcanzó los 521.700 millones de pesetas, con un incremento entre enero y octubre de sólo 37.500 millones de pesetas. El crecimiento de dicho saldo, que básicamente refleja la concesión de nuevos préstamos, había sido de 103.500 millones en 1989.Además de la caída en la cuantía, se ha registrado una desviación en el destino de los créditos, que abandonan los establecimentos de sol y playa y se concentran en la oferta alternativa y los hoteles de ciudad.

Los hoteles de mediana y baja calidad que constituyen el grueso de la oferta de sol y playa sufren una crisis financiera, provocada por la baja ocupación y la caída de los precios pagados por los tour operadores extranjeros, que en 1990 fueron en algunas zonas un 13% inferiores al año anterior.

Esos hoteles se han mostrado remisos a solicitar préstamos, ante su incierto futuro. Paralelamente, las entidades financieras han preferido conceder sus créditos a proyectos con más solvencia. La directora general de Producción del Banco Hipotecarlo, Cristina Narbona, explicó ayer que "en los dos últimos años, han aumentado mucho los préstamos para oferta alternativa, como la construcción de campos de golf, puertos deportivos, hoteles de ciudad y establecimientos para congresos".

El frenazo al crédito turístico se ha producido tras cuatro años de continuados crecimientos, al amparo de la bonanza económica general, y especialmente de la del sector inmobiliario. Entre 1986 y 1989, el saldo vivo se dobló, pasando de 241.500 millones de pesetas a 484.700 millones. La saturación de la oferta creada en estos años ha sido una de las causas principales creando los actuales problemas de caída de precios y falta de ocupación.

El descenso del crédito compromete la necesaria modernización del sector, que requiere 350.000 millones de pesetas, según el Libro Blanco del Turismo. Para facilitar la financiación, la patronal hostelera Zontur ha solicitado la eliminación del depósito del 30% en el Banco de España para los préstamos de bancos extranjeros.

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