Carteros rurales
Soy uno de los muchos carteros rurales a los que Correos obliga, vergonzosamente, a pagar de su bolsillo al alquiler y la luz del local utilizado para el servicio, de Correos de la localidad. En mi caso, 7.000 -más 500- pesetas mensuales (bueno, para ser exactos, digamos 6.761 pesetas, pues percibo en nómina mensualmente, por aportación de local, 739 pesetas). Todo ello para trabajar y atender al público en un espacio de unos tres por dos metros, ocupados en su mayor parte por un vetusto mobiliario, libros de registro, documentación de archivo, cartas, impresos y paquetes. Antro del que, por otra parte, debo estar encantado, a pesar de no tener ninguna garantía de permanencia, ni contrato, ni recibo (cuando lo pedí, el dueño me contestó que en tal caso tendría que cargarme el IVA), pues el funcionario anterior ocupaba otro por el que pagaba 15.000 pesetas. Si además tengo que pagar 25.000 pesetas por el alquiler de la vivienda, mi mujer (actualmente en paro), mi hija y yo comeríamos leznas de zapatero viejo.Espero que una mínima parte de los 200.000 millones que el Estado invertirá este año para la reconversión de Correos, más el incremento en las tarifas que se anuncia, sea para acabar con esta forma oficial de economía sumergida, este abuso laboral de la Administración y esta injusticia manifiesta para los funcionarios que, impotentes e indignados, la sufrimos. ¿Qué les parecería al jefe provincial de Correos de Oviedo, al director general de Correos y Telégrafos, al ministro Barrionuevo y al presidente González si tuvieran que pagar de su sueldo el alquiler y la luz de los locales en que trabajan? José Gómez.
