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Guerra niega en Nueva York que haya divisiones internas entre los miembros del partido socialista

El vicepresidente del Gobierno español, Alfonso Guerra, declaró ayer en Nueva York que el próximo congreso de¡ Partido Socialista Obrero Español (PSOE) demostrará que las informaciones sobre la división de esa organización "están guiadas por el deseo, y no por la realidad". Guerra, que se encuentra en Manhattan participando en una reunión de la Internacional Socialista (IS), explicó que el libro Yo, el hermano, de reciente aparición y firmado por su hermano Juan, "no es un elemento político", y añadió que "está escrito por una persona que desde el punto de vista humano, y en lo que se refiere a la actuación de determinados sectores o grupos, tiene una posición que se puede firmar absolutamente".

Guerra añadió que la postura adoptada por su hermano ha sido "honesta" y no quiso entrar en detalles sobre el efecto que había tenido en su persona y en su carrera política toda la polémica que se ha creado en España en torno a las actividades comerciales y financieras de su hermano Juan. "Cualquier opinión en este sentido sería intencionalmente torcida", dijo.Alfonso Guerra no aceptó el comentario de que el PSOE es actualmente un partido dividido. "Hay unos cuantos que no están interesados, están deseosísimos de que eso ocurra, pero deben prepararse para una gran decepción", explicó el vicepresidente, quien añadió: "Hay un congreso dentro de un mes y allí será donde los socialistas decidirán el futuro de su partido. El PSOE está seriamente fundamentado, cohesionado, regular y homogéneamente extendido en la realidad española y hay muchos a quienes esto no les gusta".

El político español declaró también sobre su propio futuro que seguía interesado por la política "corno siempre lo he estado". "No soy una persona políticamente apasionada, pero más o menos sigo manteniendo por ella el mismo interés que siempre", comentó.

Más interesante que en 1980

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Guerra, que llegó el pasado viernes por la noche a Estados Unidos, visita Nueva York por tercera vez en su vida. "La última vez fue en 1980 y la ciudad me parece ahora más interesante que entonces".

El vicepresidente del Gobierno, que se ha desplazado a Estados Unidos (EE UU) junto a otros cuatro miembros del PSOE, entre los que se encuentran Dolors Renau y Guillermo Galeote, se dedicó el pasado fin de semana a visitar museos y a pasear por la ciudad. "Los que más le gustaron fueron el Museo de Arte Moderno y el Metropolitan", explicó un miembro de su comitiva.

El vicepresidente hablará hoy ante la Internacional Socialista sobre el conflicto del golfo Pérsico y sobre la necesidad de crear sistemas de cooperación regional como el propuesto por España en el Mediterráneo, antes de que las tropas iraquíes invadieran Kuwait el pasado 2 de agosto. Guerra opina que aún "hay margen para una solución pacífica" y criticó el hecho de que "todos hablen de guerra en el Pérsico cuando aún no hay guerra".

El vicepresidente explicó que en caso de conflicto bélico en aquella zona del mundo "no habría influencias directas para el español medio" y sobre la presencia militar española en el Golfo afirmó: "No se puede hablar de una ampliación de nuestras tropas en la zona porque mientras que no haya conflicto políticamente no tiene ningún sentido".

"Estamos en la posición en que estamos y lo que debemos hacer es intentar que no haya guerra. Si se plantea una acción bélica por parte de Irak se tendría que estudiar la participación de cualquier país", añadió.

Optimismo respecto al Golfo

El político español explicó que en los días que lleva en Nueva York ha percibido posiciones dispares sobre el futuro en el golfo Pérsico. "He encontrado optimismo en la reunión de la IS y pesimismo en las cancillerías y embajadas ante Naciones Unidas".

Guerra opina que las resoluciones adoptadas por la ONU "deben mantenerse" y que el tiempo "juega a favor del embargo". "Hay que obligar a todos los países del mundo", dijo el socialista español, "a que renuncien a la fuerza, de lo contrario dentro de poco veríamos a muchos países invadiendo a naciones vecinas más pobres y pequeñas".

El vicepresidente del Gobierno se mostró preocupado también por la proliferación de armas estratégicas en los países subdesarrollados. "En diez años", dijo, "200 países del mundo, sin apenas desarrollo, tendrán misiles balísticos y armas químicas y bacteriológicas. Se trata de una carrera que hay que frenar intercambiando con esos países todo tipo de cooperacion y aceptando la autoridad de los organismos internacionales y las decisiones del Tribunal Internacional de Justicia".

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