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Dos hermanos matan a tiros a siete personas y hieren a otras 10 en una aldea de Badajoz

Siete personas resultaron muertas, tres de ellas miembros de una misma familia, y otras nueve, heridas, entre ellas dos guardias civiles y un niño de ocho años, a consecuencia de los disparos realizados en la noche del domingo en Puerto Hurraco, una aldea de Badajoz, por dos hermanos que mantenían una vieja disputa con otra familia. Los hermanos Antonio y Emilio Izquierdo Izquierdo, enfrentados a los Cabanillas, dispararon cartuchos de postas contra un numeroso grupo de vecinos que tomaba el fresco en la calle de Carrera "para vengar la muerte de su madre", según informó el alcalde pedáneo de Puerto Hurraco, Braulio Nodales Sánchez. La madre de los Izquierdo falleció hace años en un incendio que, según mantenían sus familiares, fue provocado.

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Los agresores, que portaban cada uno una escopeta repetidora, la emprendieron a tiros de forma indiscriminada contra los vecinos, abatiendo inicialmente a 11 de ellos. Ambos hermanos ingresaron ayer en la prisión provincial de Badajoz tras ser detenidos, sobre las 9.30 horas, por la Guardia Civil. Al cierre de esta edición, unos 200 guardias civiles realizaban una batida por una sierra próxima a la aldea de Puerto Hurraco para intentar detener a las tres hermanas de los agresores, dos de las cuales van armadas.Emilio y Antonio, de 36 y 25 años, respectivamente, son solteros y se dedican a la ganadería. Ambos se desplazaron desde la vecina localidad de Monterrubio, en la que residen habitualmente, hasta la aldea de Puerto Hurraco para cometer los crímenes.

Los cruentos hechos, que han causado una profunda conmoción en Puerto Hurraco, aldea de 1200 habitantes, ocurrieron entre las 20 y las 23 horas del pasado domingo. En ese intervalo de tiempo, los hermanos Izquierdo, vestidos con atuendos de caza, se acercaron hasta el lugar donde tomaban el fresco los vecinos, la mayor parte veraneantes, que en ningún momento sospecharon sus intenciones. Según un testigo presencial ("hoy podía estar muerto como los otros", confesó ayer a EL PAÍS con los ojos enrojecidos), uno de los hermanos se colocó amenazante ante los vecinos y apuntándoles con la escopeta dijo: "Voy a vengar la muerte de mi madre". "A continuación", afirma este testigo, "sólo se escucharon disparos, muchos disparos, y corrí a refugiarme".

Paralelamente, algunos vecinos salieron de sus casas y comenzaron a evacuar heridos en sus coches hasta el puesto de la Cruz Roja de la localidad de Castuera, a unos ocho kilómetros de Puerto Hurraco. Entre estos vecinos se encontraban José Penco Nogales, de 43 años, y Reinaldo Benítez Romero, de 62 años. Ambos fallecieron abatidos a tiros cuando regresaban de Castuera con sus coches y se disponían a evacuar a otros heridos, que se encontraban tendidos en el suelo en medio de grandes charcos de sangre. El cadáver de José Penco recibió sepultura anoche.

Los hermanos Izquierdo, ocultos en una esquina situada á la entrada de la aldea, también hicieron fuego contra un vehículo de la Guardia Civil, hiriendo gravemente a dos ocupantes.

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Braulio Nodales, el alcalde pedáneo de Puerto Hurraco (pedanía del municipio pacense de Buenquerencia de la Serena), p¡dió infructuosamente ayuda al vecindario para repeler a los agresores. "Al principio, nadie salió, todo el mundo estaba atemorizado. Unos se encerraron en sus casas y otros huyeron campo a través", añadió Nodales, visiblemente afectado por la tragedia.

Antonio y Emilio Izquierdo se ocultaron durante toda la madrugada del lunes en un descampado próximo al lugar de los hechos, según relató a EL PAÍS la Guardia Civil, que requirió la ayuda de un helicóptero para capturarlos. Ambos agresores opusieron resistencia antes de entregarse y aún tenían abundan te munición.

Los fallecidos son Manuel Cabanillas Garrido, de 57 años Antonio Cabanillas Ribera, 18; Encarnación Cabanillas, 12; Antonia Murillo Fernández, 57; Reinaldo Benítez Romero, 62; José Penco Nogales, 43, y Araceli Merino, de 60 años, a quien le era practicada la autopsia a últimas horas de la noche.

En el hospital Infanta Cristina, en Badajoz, permanecen ingresadas cinco personas en estado grave: Guillermo Ojeda Sánchez, de ocho años, se encuentra en coma profundo irreversible. Anteinio Cabanillas Benítez, de 25 años, sufre traumatismo y paraplejia y otras lesiones de consideración. A Andrés Ojeda Gallardo, de 36 años, se le ha debido extirpar el bazo y el riñón izquierdo. Isabel Carrillo Dávila, de 72 años, permanece con varias heridas en pulmón y diafragma.

En el mismo centro pacense se encuentra ingresado el guardia c¡vil Juan Antonio Fernández Trejo que fue intervenido quirúrgicamente. En el hospital del Insalud Don Benito-Villanueva se encuentran ingresados Ángela Sánchez Murillo, Felicita Benito Romero, Vicente Izquierdo Sánchez, Isabel Cabanillas y el guardia civil Manuel Calero Márquez.

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