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Tour 90

Victoria del italiano Ghirotto en una etapa de transición

El sol hizo su aparición y los españoles resucitaron. El cambiante Tour de este año no sólo está abierto a múltiples posibilidades, sino que se llena cada día de resurrecciones. Ayer, desaparecida la lluvia casi habitual de la salida, el buen tiempo y la cercanía del primer puerto de segunda categoría de la carrera, despertaron las ambiciones de Eduardo Chozas (ONCE), que había atacado ya el día anterior. Fue todo un aviso de lo que puede empezar a suceder hoy. La montaña deberá sonar a español despues de la escasa presencia del ciclismo hispano en las etapas llanas. No ganó la etapa ante el italiano Ghirotto, aunque tampoco disputó demasiado el sprint, pero quedó su gesta.Pero el día era apropiado para Chozas, un hombre de fuerza, que sin puertos de gran dureza, tiene capacidad para salir de un pelottn y resistir su contraataque. Lo hizo entre las dos últimas cotas, la de cuarta y la primera de segunda categoría. Era su terreno apropiado, un falso llano, con la perspectiva de que un puerto hiciera menos dura la reacción previsible del pelotón. El problema fue que se le unió otro gregario aplicado, precisamente de Chiappucci, Massimo Ghirotto, que al final le superaría.

La escapada de Chozas

Ambos corredores, en todo caso, resistieron casi 100 kilómetros, incluso el último ataque desesperado del francés Lavainne (Castorama), que intentaba tomarse la revancha de Nantes. Entonces saltó de¡ pelotón y levantó los brazos creyendo que había ganado, sin enterarse, y sin que nadie la avisara de que Moreno Argentin se le había adelantado. Pero esta vez, sabiendo que iban Ghirotto y Chozas por delante, saltó dos veces, primero de un grupo de seis hombres escapados tras la subida del puerto de segunda (ganada por Chozas), Rominger, Alonso, Urea, Pascal Simon, Vargas y Anderson, y luego de otros tres, Louviot, Muller y Holm, que se habían adelantado tras un intento fallido de Anderson.

Ninguno de ellos era peligroso para la general y todo se había consentido detrás. Pero a 10 kilómetros de la meta, volvió a saltar Maasen, con Calcaterra y Riijs, y entonces fue completamente distinto. De nuevo el 7 Eleven se puso a rebajar, incluso con Bauer, al que marcaba especialmente Lemond, como si fuera el Fignon o el Delgado de¡ año pasado. Pero esa era ayer la rueda apropiada. Hoy será muy diferente. El Tour entra en la hora de la verdad. Es el momento de los grandes favoritos a la victoria final que, hasta el momento, se han mantenido agazapados.

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