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Armonía contra anarquía.

El gráfico de las canastas conseguidas por ambos equipos demuestra a simple vista que el Barcelona dominó todas las parcelas del juego, con gran armonía entre el juego exterior e interior. Todo lo contrario sucedió en el caso del Aris, en el que se aprecia un predominio del juego interior respecto al exterior. Y precisamente ahí radicó la clave, puesto que el juego interior no es la parcela fuerte del cuadro griego. La aportación de Galis fue muy pequeña, sólo ocho canastas (círculos mayores en el dibujo).

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