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POLÍTICA Y NEGOCIOS

La salida de Prenafeta empuja a Pujol a buscar otro contrapoder a Roca

La dimisión de Lluís Prenafeta desestabiliza el equilibrio de fuerzas en el seno del pujolismo. El dimisionario secretario general de la Presidencia de la Generalitat ha actuado como núcleo del sector de barones convergentes opuestos al secretario general del partido, Miquel Roca Junyent, quien, aparentemente, se convierte ahora en el principal beneficiario de la nueva situación y ve reforzado su papel como delfín y aspirante a suceder a Jordi Pujol. La salida de Prenafeta obliga objetivamente a Pujol a buscar a otra persona con capacidad suficiente para actuar como contrapoder de Roca

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El otro aspirante a la sucesión de Pujol, el conseller de Economía, Maciá Alavedra, pasa compensar la influencia de Roca en el aparato del partido se apoyaba precisamente en Prenafeta, con quien comparte indirectamente relaciones económicas. Ambos Prenafeta y Alavedra habían sido objeto de críticas en el interior mismo de Convergéncia por representar "el sector de los negocios".Prenaféta ha sido un personaje poderoso, y por ende temido, desde que en 1980, procedente del anonimato, se hizo cargo de la Secretaría General de la Presidencia de la Generalitat. Desde ese puesto ha ejercido de fontanero del presidente Pujol, encargado de engrasar la maquinaria de intereses e influencias del Gobierno autónomo en la sociedad catalana. Se ha dicho a menudo que la única fidelidad política de Prenafeta ha sido Pujol, mucho más que el partido, adonde llegó por admiración hacia su líder.

Su todopoderoso departamento ha controlado desde la televisión y la radio institucionales hasta las relaciones del Gobierno de la Generalitat con la Casa Real y con la Europa Comunitaria, pasando por la imagen y los viajes del presidente autónomo Pero lo más importante no ha sido su función oficial. Prenafeta, sobre todo, ha ejercido de brazo ejecutor de los intereses de Pujol, incluso al margen de las conveniencias del partido y de sus barones. De ahí su eterna confrontación con Miquel Roca, secretario general del partido, con quien ha competido por la influencia y los favores de Pujol.

Los poderes de Prenafeta

Prenafeta controlaba desde la Secretaría General la delegación de la Generalitat en Madrid, a cargo del ex conseller Francesc Sanuy; la Dirección General de Adecuación a las Comunidades Europeas; la de Asuntos Interdepartamentales -su anterior titular, Joan Vallvé, fue catapultado hacia el Departamento de Industria, lo que evidenció la influencia de Prenafeta en la última reorganización del Gabinete de Pujol y la humillación de Roca-; la de la Juventud; la del Deporte; la del Diari Oficial de la Generalitat y publicaciones; la de Servicios de Informática; el Gabinete Jurídico Central; el Patronato Catalán Pro Europa -desde donde se controlaban las relaciones de Cataluña con la CE-; la Comisión Interdepartamental de Promoción de la Mujer; la Comisión Interdepartamental de Investigación e Innovación Tecnológica, y, especialmente, la Dirección General de la Corporación Catalana de Radio y Televisión (TV-3, Canal 33 y las emisoras de radio institucionales) y la Dirección General de la Entidad Autónoma de Juegos y Apuestas (EAJA), que gestiona las polémicas loterías de la Generalitat.

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Su poder sobre la EAJA le ha supuesto más de un disgusto. En una sesión parlamentaria, el dirigente socialista Josep María Sala afirmó que parte del dinero del juego iba a parar a unos "poco honorables bolsillos". Prenafeta se sintió aludido y presentó una acción judicial contra Sala, que retiró después de que el socialista matizara sus palabras.

Una lectura del presupuesto de la Generalitat hace patente el alcance del poder que ha ejercido Prenafeta. En 1989 su Secretaría General gestionó gastos por valor de 20. 100 millones de pesetas, un presupuesto sólo superado por los departamentos de Enseñanza, Sanidad y Seguridad Social, Política Territorial y Obras Públicas y Bienestar Social. Unos 1.800 funcionarios estaban directamente a sus órdenes.

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